Miércoles, 12 de noviembre de 2014 | Hoy
CIENCIA › OPINIóN
Por José Eduardo Wesfreid *
Hace 50 años, el 3 de octubre de 1964, durante la visita del general De Gaulle a la Argentina, se firmó un acuerdo marco de cooperación cultural, científica y tecnológica entre Francia y la Argentina.
Aunque esta cooperación es anterior, este convenio le dio su marco de referencia moderna. En el plano científico, la actualidad está dominada por un intenso intercambio, redinamizado por el fuerte crecimiento generado en la Argentina por la creación del Ministerio de Ciencia, que lleva a que Francia sea el primer socio de la Argentina por el número de convenios específicos de investigación científica conjunta. Como consecuencia, la conmemoración de este aniversario creó especial interés y dos grandes iniciativas tomaron lugar la semana pasada simultáneamente en Buenos Aires y París.
El 5 y 6 noviembre, en el Palacio San Martín se desarrollaron, organizadas por la Embajada de Francia junto con los ministerios de Ciencia y de Relaciones Exteriores, unas jornadas de evaluación de esta cooperación que contaron con la participación de una fuerte delegación de científicos de Francia.
Paralelamente, el jueves pasado se realizó una jornada en París organizada por la embajada argentina, encabezada por su nueva embajadora, María del Carmen Squeff, y un grupo de investigadores argentinos radicados en Francia, que me ha tocado coordinar.
Esta jornada tuvo un carácter totalmente original. Cerca de 300 investigadores argentinos y franceses colmaron los locales de la embajada. Entre ellos se encontraban jóvenes estudiantes de doctorado y postdoc, investigadores argentinos de todas las ciencias duras y sociales radicados en Francia, muchos de ellos con responsabilidades importantes en los sistemas académicos y de investigación franceses, dirigiendo laboratorios o carreras universitarias. La jornada comenzó con la reunión anual de la Red de Científicos Argentinos en el Exterior (Raíces). Posteriormente, una mesa redonda discutió el balance y perspectivas de la cooperación científica franco-argentina, con representantes del CNRS y Sorbonne Paris Cité, de empresas y grandes personalidades científicas francesas y franco-argentinas. Simultáneamente estaban expuestos 70 posters que exponían resultados científicos obtenidos conjuntamente entre Francia y Argentina. Además, estaba también una parte de los 120 responsables franceses de proyectos conjuntos de colaboración.
La reunión en París contó también con una particularidad, que fue la de tener en cuenta la presencia argentina en Francia. Una somera introducción histórica recordó la presencia de hombres de ciencia argentinos, como Ameghino, que en 1877 publicaba en París la primera gran monografía sobre los mamíferos fósiles de Sudamérica, o la del famoso cirujano Enrique Finochietto en 1917, que operó durante dos años en el Hospital Argentino de París, que funcionaba en esa época. También se señaló la creación, en 1931, del Laboratorio de Investigaciones y de restauración del Museo del Louvre, por parte de dos argentinos, Fernando Pérez y Carlos Mainini, que aseguraron su dirección y funcionamiento durante varios años.
Pero la época moderna conformó otro tipo de presencia de investigadores argentinos en Francia, por razones donde se conjugan la necesaria movilidad científica, el fenómeno de fuga de cerebros y el exilio. Muchos de ellos fueron y son actores del intercambio científico entre los dos países. Además, algunos han jugado un rol muy significativo en el propio desarrollo de la ciencia francesa. Todos tenían un común denominador, el haber estado formados por la universidad argentina pública y gratuita. Por esa razón, esta jornada del jueves pasado se cerró con un muy emotivo homenaje a la “generación pionera de investigadores argentinos en Francia”, otorgando un diploma de reconocimiento a 36 científicos, que llegaron hasta el año 1974, muchos de ellos como consecuencia de la Noche de los Bastones Largos.
Lo recibieron Catherine y Diego Cesarsky, Max Dickmann, Rebeca Falcoff, Sophie Fisher, Daniel Fruman, Saúl Karz, Mario y Vittorio Luzzati, Jacques Mehler, Carmen Muñoz-Bernand, Salomón Resnik, Jorge Rosenblatt, Pedro Saludjian, Juan Seguí, Haydée Sigal, Silvia Sigal, Juana y Jaime Wietzerbin, Héctor Teitelbaum y Andrés Zuker. Familiares o amigos recibieron el diploma para los fallecidos Ernesto Falcoff, Dora y Hersch Gerschenfeld, Luisa Hirschbein, Celia Jakubowicz, Raúl Laguzzi, Abel Rachman, Jorge Peries, Emilio Rivas, Héctor Rodríguez-Tomé, Edmundo Rofman, León Sigal y Eliseo Verón, así como para Diana Guerrero y Eduardo Pasquini que, volviendo a la Argentina, fueron desaparecidos por la dictadura militar.
* Físico. Director de Investigaciones en el CNRS, Francia.
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