Cuando hoy en los medios televisivos y en algunas revistas aparecen colas de plástico, arena y pocas neuronas, yo me pregunto por qué el verano es sinónimo de despreocupación, de realidad dibujada y de falta de reflexión, de escaso pensamiento crítico.

Tenemos temas que se prestan a debate para cambiar la cara de algunas falsedades y mostrar así otras verdades. A saber, por ejemplo:

El Estado tiene la obligación de generar trabajo genuino para rescatar la dignidad del hombre como ser humano, más allá del discutible pago de la deuda externa, la sociedad tiene la obligación moral de reflexionar en serio con lo que pasó en Cromañón, ahondar en temas candentes que no se tocan: la responsabilidad de los adultos en la educación de los hijos, la responsabilidad de los jóvenes hacia otros pares, la responsabilidad de aquellos que habilitan lo inhabilitable, la situación de las escuelas argentinas, estructuradas y pensadas para el siglo XIX todavía, la anulación necesaria y urgente de “la reforma” de la reforma educativa donde los pibes son conejitos de Indias y giran como trompo tratando de entender por qué se imponen evaluaciones permanentes sin aprender primero a producir conocimientos o a criticar los existentes, interpretando de esa manera la educación como una carrera de obstáculos para aprobar el año, reconocer que la mujer vive en una sociedad culturalmente machista, “donde si se le pega será por algo”, negando la cantidad de casos de violencia familiar a la que está sometida, la terrible verdad oculta de niños desnutridos a lo largo y ancho del territorio (reconocerlo y no sorprenderse sólo por los/as niños/as de Africa en el Discovery), el escaso disenso y consenso democrático que invade la vida política, y así podríamos seguir un rato... El verano, las olas y el viento, no deberían dejar parar el trabajo permanente que implica repensar el pasado para ver el presente y proyectar un buen futuro... Todos nosotros somos protagonistas necesarios y anónimos de la historia... ¿Y qué tal si nos ponemos las pilas para hacer un país en serio?

Gabriela Fernanda Paolucci

Docente argentina

D.N.I. Nº 16.454.359