CULTURA
Un decreto que el cine festejará
El presidente Eduardo Duhalde firmó ayer un decreto –el 2278/02– que permitirá al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales recuperar una fuente clave para la financiación de las películas argentinas: los fondos del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) provenientes de la publicidad televisiva. La medida completa un proceso iniciado con otro decreto –el 1536/02– sancionado por el Presidente el 21 de agosto pasado. Aquel decreto le devolvió al Incaa la autarquía, neutralizada en 1996 por la Ley de Emergencia Económica impulsada por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, en plena gestión presidencial de Carlos Menem. En palabras sencillas: el mundo de las películas recuperó ayer todas las fuentes de financiación fijadas por la Ley del Cine.
Es que el decreto 1536/02 le devolvió al Incaa el derecho que le asistía por la ley 17.741, promulgada en 1994. Esa ley dio origen a un Fondo de Fomento Cinematográfico, a través del cual el Incaa pasaría a recaudar los fondos provenientes de un porcentaje de las ganancias de boleterías, un impuesto al video y un porcentaje de la recaudación del Comfer y a disponer de ellos. Este último punto era conflictivo hasta ayer, simplemente porque el dinero de la televisión no llegaba al cine, como establecía la ley. Mediante este decreto el Incaa recupera el 40 por ciento del porcentaje que recibe el Comfer de los canales de televisión. “Si el decreto de autarquía fue el gesto político-institucional, el decreto de ayer es el paso económico que significa la medida más reactivadora para el cine argentino”, destacó a Página/12 Jorge Coscia (foto), director del Incaa. El responsable del Instituto resaltó también que “la recuperación de esta fuente genuina de ingresos para el cine va a permitir continuar gozando de esta primavera que atraviesa la actividad”.
La Ley de Fomento Cinematográfico se vio afectada en su momento por la política de Cavallo. Durante su gestión, el presupuesto del Instituto pasó a ser administrado por el Ministerio de Economía, con la consecuencia previsible de que la suma de dinero que se giraba al Incaa siempre era menor que la recaudación efectiva. Esto fue subsanado con el decreto 1536/02, pero el Instituto no estaba recibiendo el porcentaje que le correspondía de la recaudación del Comfer. Por eso la decisión tomada ayer permite garantizar la plenitud de la autarquía, financiera en este caso. “Cavallo y sus amigos habían sentado las bases para la desaparición del cine argentino y ahora, con este gobierno, se dan las condiciones para un crecimiento duradero y verdadero”, indicó Coscia. Desde hacía años, la pelea por la recuperación de las fuentes de financiamiento aglutinaba a todas las asociaciones vinculadas con la industria cinematográfica.