SOCIEDAD › ECHARRI NO RECONOCIO AL PRODUCTOR DE MAURO VIALE
La primicia desde adentro
Martín Murgia fue parte de una rueda de presos. Echarri padre no lo reconoció como uno de sus captores. El abogado explicó que la primicia que buscaba era conocer el lugar del secuestro.
Por Horacio Cecchi
Martín Murgia, el productor de Mauro Viale que proporcionó el teléfono de los Echarri a uno de los diez detenidos, tuvo la oportunidad de cumplir con el sueño de la primicia no-importa-cómo-la-consigo: supo cómo es una rueda de reconocimiento de presos desde dentro. Ayer fue uno de los tres detenidos expuestos a la mirada de Antonio Echarri a través de una mirilla. Echarri no reconoció a ninguno, pero Murgia seguirá siendo el décimo detenido hasta que el juez federal Arnaldo Corazza determine si existe algún delito que imputarle. También declaró como testigo Mirta Colli, la productora que proporcionó el teléfono a Murgia. Colli confirmó la versión de su colega. Todo indica que en los próximos días el productor saldrá libre.
Antonio Echarri llegó a los Tribunales Federales platenses a las 8.25. Como se había anticipado, fue citado para intentar determinar, mediante una rueda de reconocimiento, si a Claudio Martínez y Adrián Godoy –los dos bolseros detenidos por proveer de celulares a la banda acusada de secuestrar a Echarri– y a Martín Murgia –el productor de Mauro Viale– los había visto en el momento del secuestro o durante su cautiverio. El trámite se inició alrededor de las 10 y se extendió durante una hora. Al salir, Antonio volvió a chocar con la urgencia mediática de los medios de prensa. “No voy a hacer declaraciones. Saquen las fotos que quieran, pero no voy a hacer declaraciones”, dijo rodeado de micrófonos y tropezando con los cables mientras intentaba abrirse paso.
Advirtió que estaba “muy bien” pero que no llevaba “una vida normal”. “¿A ustedes les parece que ésta es una vida normal?”, preguntó él a los movileros. “Tuve una vida normal pero en estos momentos no me la dejan volver a hacer”, recriminó, mientras un periodista intentaba arrancarle una palabra bordeando lo patético: “Sentimos culpa, nosotros no tuvimos nada que ver con el secuestro”, le decía el movilero de Canal 9 mientras incrustaba el micrófono en el maxilar inferior de Echarri.
Finalmente, Antonio cedió y desde la ventanilla de su auto aclaró que no reconoció a ninguno de los tres detenidos. “No se registra un solo caso en que un secuestrado haya reconocido a sus secuestradores”, confió a Página/12 un veterano policía experto en el tema de los secuestros.
–¿Por miedo?
–Por miedo, porque quiere terminar con el asunto, porque no quiere líos, por sentir que manda a un tipo diez años a la cárcel –prosiguió el experto–. O porque entre los que le pusieron para reconocer no estaban los que lo secuestraron.
Cualquiera de esas posibilidades es afín al caso Echarri. Incluyendo la última, que forma parte del argumento del abogado Oscar Salas, defensor de los seis primeros detenidos y que sostiene que sus defendidos cometieron estafa (a Pablo Echarri) pero no secuestro “porque no tenían a su padre ni tuvieron que ver con su secuestro”. Entre sus defendidos figura Germán Ferrand Luna, quien mencionó a Murgia como quien le proporcionó el teléfono de los Echarri. En cambio, en los pasillos del juzgado de Corazza se insiste con que el juez cuenta con una voluminosa cantidad de pruebas que señalan a los detenidos (excluyendo a Murgia) como miembros de la banda que secuestró a Antonio.
Entre las declaraciones de Ferrand Luna y las de Murgia existen algunas diferencias. Ferrand declaró que a cambio del teléfono le ofreció al productor comprar un par de motos a precio más bajo, según aseguró Salas a este diario. Alejandro Vecchi, abogado del productor, sostuvo que “es falso que él (Murgia) hubiera aceptado dinero o una moto o lo que haya dicho Ferrand Luna”, e insistió con la versión de la primicia. En qué consistía esa primicia: “Sería conocer el lugar donde se encontraba Echarri”, aseguró el mismo Vecchi. Incluso, para sortear esas diferencias, se llegó a mencionar la posibilidad de que se realizara un careo entre Ferrand y Murgia. Vecchi afirmó no tener “inconvenientes” en que serealizara el mentado careo. Salas también, aunque confió a este diario que “resulta irrelevante porque son diferencias menores”.
Antes del mediodía, Mirta Colli, también productora de Mauro Viale, confirmó ante el juez que había proporcionado a su colega el teléfono de los Echarri, sostuvo que era un hecho habitual que se pidieran teléfonos en una producción y que ella “no tenía idea de para qué sería utilizado luego”.