SOCIEDAD
“Hay que ganar el consenso como fue con el divorcio”
El diputado socialista Rubén Giustiniani presentó su proyecto de despenalizar el aborto. Aquí, explica por qué cree que es oportuno, analiza la reacción de Carrió y responde las críticas.
Por Mariana Carbajal
Dice que será una gran batalla legislativa como la que terminó con la legalización del divorcio, a mediados de los ‘80, o más recientemente, la que culminó con la sanción de la Ley de Salud Reproductiva. Pero la perspectiva no lo amilana. “En la medida en que se difunda, no tengo dudas de que va a contar con un amplio consenso en la sociedad”, asegura el diputado socialista Rubén Giustiniani sobre su polémico proyecto de despenalización del aborto. Ayer, Giustiniani presentó oficialmente la iniciativa en una conferencia de prensa en la que contó con el apoyo de los diputados radicales Aldo Neri, Margarita Stolbizer y María Sodá, la legisladora porteña socialista Clori Yelicic, la directora de la Mujer del gobierno de la Ciudad, María Elena Barbagelata, y representantes de una decena de ONG de mujeres. En un reportaje con Página/12, Giustiniani respondió a las críticas, aclaró que no le teme al lobby en contra desde la Iglesia Católica y explicó por qué considera que éste es el momento oportuno para abrir el debate sobre el tema.
El proyecto de Giustiniani establece la despenalización del aborto para los casos de violación o estupro y cuando el embarazo signifique un riesgo para la salud física y psíquica de la mujer. Además, elimina la pena de prisión para la mujer en todos las situaciones. Según precisó a este diario, se trata de un proyecto elaborado por la Comisión de la Mujer del Partido Socialista. Su presentación desató una tormenta en el bloque legislativo Alternativa donde conviven los socialistas con el ARI y generó una ruptura entre ambas fuerzas.
–¿Cómo le cayeron las palabras de Carrió que anunció que va a militar en contra de la sanción de su proyecto?
–Nosotros somos conscientes de que éste es un proyecto que cruza horizontalmente a todos los bloques. Me han pedido firmarlo radicales como Neri, Stolbizer y Sodá, justicialistas como Irma Foresi y Ricardo Gómez, y también Irma Parentella, Margarita Jarque y María América González del ARI. Evidentemente, es un proyecto que va a tener opiniones a favor y en contra en los distintos bloques.
–Pero una cosa es no apoyarlo y otra es “militar” en contra.
–A eso cada uno le da la tónica de la personalidad que tiene. Yo acepto que existan distintas posiciones alrededor del tema. Tengo tolerancia democrática.
–¿Por qué decidió presentarlo ahora? Caduca el año legislativo y deberá debatirse el año próximo.
–En la presentación del proyecto, Neri dijo algo que yo rescato porque me siento totalmente identificado con sus palabras. Dijo que este tipo de proyectos siempre son considerados inoportunos porque generan un debate que a mucha gente molesta y, a la vez, son totalmente oportunos porque dan una respuesta –en el caso de concretarse– a la necesidad de salud pública de miles de mujeres pobres que mueren con hemorragias en los hospitales por abortos mal hechos, que deben sufrir el trauma de llevar adelante un embarazo de un feto anencefálico, o producto de una violación o de estupro. La despenalización del aborto en estos casos ha sido recomendada al país por el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Incluso, la flamante titular de la OPS, que tenemos el orgullo de que sea argentina, Mirta Rosés, expresó en un reportaje –publicado por Página/12– su posición a favor de la despenalización del aborto.
–Especialistas en salud de la mujer, que comparten el espíritu de su proyecto, consideraron que no es el momento político para debatirlo porque podría entorpecerse la reglamentación de la Ley de Salud Reproductiva.
–Se puede tomar al revés: que la presentación de este proyecto puede motivar que la reglamentación sea justamente correcta y no que trate de desvirtuar el espíritu de la Ley de Salud Reproductiva.
–¿Le costó encontrar apoyo en otros bloques?
–No, todo lo contrario. No son más que 15 quienes lo firman porque ese es el tope reglamentario para acompañar un proyecto.
–¿Qué diferencia hay entre plantear la despenalización y la legalización del aborto?
–El proyecto lo despenaliza para tres casos concretos. Si lo despenalizaría en todos los casos sería una legalización.
–Pero al despenalizar los casos en que el embarazo implique un riesgo psíquico para la mujer, ¿no lo convierte en una legalización virtual del aborto? Una intervención de esta naturaleza conlleva indefectiblemente un sufrimiento psíquico para la mujer.
–Coincido en que es muy amplio, pero desde el punto de vista médico es totalmente definible si implica un riesgo psíquico.
–¿Cómo convencería a la gente de la importancia del proyecto?
–Hoy la principal causa de muerte materna es justamente el aborto. Me parece una razón fuerte y suficiente como para apoyarlo. En la medida en que se difunda, no tengo dudas de que va a contar con un amplio consenso.
–¿No le teme al poderoso lobby de la Iglesia Católica?
–Va a haber obstáculos de todo tipo. De lo que se trata es de ganar el consenso de la población para vencerlos como cuando se dio el debate del divorcio y el de la Ley de Salud Reproductiva.