CULTURA › RODRIGO FRESAN PRESENTO “MANTRA”
Literatura, otra forma de protesta
Por Karina Micheletto
Rodrigo Fresán dice que lo llamaron para hacer una novela, le dieron el tema sobre el que tenía que escribir y ahora lo invitan a volver a la Argentina para presentarla en la Feria del Libro, y que no podría estar más contento. Dice también que éste resultó ser el libro más largo que escribió en su vida –más de quinientas páginas–, y quizá sea un tamaño menor para contener la ciudad que quiso retratar: México D.F. El libro en cuestión es Mantra, e inaugura la colección “Año 0” de la editorial Mondadori. La idea de la colección fue, por lo menos, arriesgada: convocar a siete escritores iberoamericanos para que hablaran de siete ciudades que no fueran las suyas, y que contaran qué quedaba de ellas tras el cambio de milenio. Mantra presenta una México en el tono, la forma y el ritmo que la caracteriza: frenética, superpuesta, acumulativa, en constante mutación. Fresán, habitual colaborador de Página/12 y desde hace tres años residente en Barcelona, elige que el primer narrador sea un tumor cerebral que se va metiendo en el cerebro del protagonista, dispone que el segundo narrador sea un muerto que mira su vida y su muerte por televisión, y el tercero un engendro mitad momia, mitad robot. Y estructura la segunda parte de la novela a partir de supuestas entradas enciclopé- dicas ordenadas alfabéticamente: “Muer-te mexicana (nombres)”, “Museos (felicidad de los)”, “Turistas (síntomas)”, “Terremoto (después)”, entre otras con las que se va construyendo el catálogo de México. Además del libro de Fresán, la colección incluye Bianca de Roma, del chileno Roberto Bolaño, Treinta días en Moscú, del cubano José Manuel Prieto, Otoño en Pekín, del colombiano Santiago Gamboa y Hora de Times Square, del español Gabi Martínez.
Mantra se presentó en la Feria junto a Cumpleaños, de César Aira, en una mesa en la que estuvieron Alan Pauls, Luis Chitarroni y Claudio López de Lamadrid, editor de Mondadori. “La producción latinoamericana es mucho más interesante que la española. Esto es algo obvio para los españoles, aunque no tanto para ustedes”, señaló el editor, quien se encargó de desmentir la versión de que autores como Fresán, Aira y Fogwill sólo serían editados, devaluación mediante, en España: “Hay autores argentinos que se editan primero en España y luego en la Argentina por una cuestión editorial. Pero no significa que sólo se editen allí”, aclaró. “Mantra es un delirio, alguien dirá, como la ciudad de México”, expresó Pauls. “El extraño deporte que atraviesa las páginas del libro es el déjà vu pop. El secreto está en el pop, y en el poder que tiene para hacer que de golpe nosotros, lectores, creamos saberlo todo sobre México, que conocemos aquello que se presenta por primera vez.”
“Si me hubieran dejado elegir una ciudad hubiera tenido el gesto grasa y poco sofisticado de elegir Nueva York”, aclaró a su turno Fresán. “Yo no elegí Mantra. No estaba en mis planes escribir nada sobre México, y tampoco venir a la Argentina. Así que me pone contento volver por un libro que no se me ocurrió.” El autor de Historia argentina contó que su novela fue seguida capítulo a capítulo por sus amigos y argentinos, que le fueron haciendo observaciones vía e-mail. “Para los escritores el correo electrónico es la invención más importante desde la imprenta, en mi caso personal fue una verdadera cintura eléctrica del sur”, afirmó. Finalmente, se refirió al poder transformador de la literatura: “Los libros también son superficies que se pueden golpear, son una forma efectiva de protesta. Aunque no lo crean, pueden hacer más ruido que las cacerolas”.