CULTURA
Textual
Las transformaciones recientes hacen tambalear las arquitecturas de la multiculturalidad. Los Estados y las legislaciones nacionales, las políticas educativas y de comunicación que ordenaban la existencia de grupos en territorios acotados son insuficientes ante la expansión de mezclas interculturales. Los intercambios económicos y mediáticos globales, así como los desplazamientos de muchedumbres, acercan zonas del mundo poco o mal preparadas para encontrarse. Resultados: ciudades donde se hablan más de 50 lenguas, tráfico ilegal entre países, circuitos de comercio trabados porque el norte se atrinchera en aduanas agrícolas y culturales, mientras el sur es despojado. Las consecuencias más trágicas: guerras “preventivas” entre países, dentro de cada nación, y aun en el interior de las megaciudades. Se militarizan las fronteras y los aeropuertos, los medios de comunicación y los barrios.
Parecen agotarse los modelos de una época en que creíamos que cada nación podía combinar sus muchas culturas, más las que iban llegando, en un solo “caldero”, ser un “crisol de razas”, como declaran constituciones y discursos. Se está acabando la distribución estricta de etnias y migrantes en regiones geográficas, de barrios prósperos y desposeídos, que nunca fue enteramente pacífica, pero era más fácil de gobernar si los diferentes estaban alejados.
Fragmento del libro Diferentes, desiguales y desconectados.