CULTURA
Textual
Quiero liberarme de estos recuerdos. Me llamo Dianna Ortiz. Quiero liberarme de estos recuerdos.
Quiero volver a ser confiada, sentirme segura, intrépida y despreocupada como era en 1987 cuando me vine de los Estados Unidos a las sierras del oeste de Guatemala a enseñar a los niños indígenas a leer y escribir en español y en su lengua materna y a comprender la Biblia en su cultura. Pero el 2 de noviembre de 1989, la Dianna que acabo de describirles dejó de existir. Ahora, en este momento, apenas recuerdo la vida que llevaba antes de que me secuestraran a los 31 años. En cambio, recuerdo la tortura. Pensarán que es extraño, pero incluso en este momento todavía puedo sentir la presencia de mis torturadores, su olor, sus silbidos en mis oídos. Me acuerdo. Ese policía me violó otra vez. Después me fueron bajando a un pozo lleno de niños, hombres, mujeres, algunos decapitados, todos recubiertos de sangre reseca. Algunos todavía estaban vivos. Los oía gemir. Alguien lloraba. No sabía si era yo o si era otra persona. Los hombres que me torturaron nunca fueron llevados ante la Justicia. Al agente estadounidense que estaba a cargo de mi tortura nunca lo llevaron ante la Justicia.
Ahora sé lo que pocos ciudadanos de Estados Unidos saben: sé lo que es ser un civil inocente y ser acusado, interrogado y torturado. Sé lo que es que mi propio gobierno haga oídos sordos a mis reclamos para que se haga justicia y me cubra de difamaciones porque mi caso les causa problemas políticos. Sé lo que es esperar la tortura en la oscuridad y lo que es esperar la verdad en esa oscuridad. Todavía sigo esperando.
* Fragmento de Voces contra el poder: más allá de la oscuridad.