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Diana, que estuvo exiliada en México por haber militado en el Peronismo de Base en los ’70, confía que las declaraciones políticas de su padre siempre eran un problema. “Había que pedirle por favor que no hable de política en público”, rememora, reflejando el lado oscuro de Astor. En rigor, una de las novedades de la nueva edición de la novela contiene cartas que el revolucionario del tango les escribía a sus amigos desde el exterior con frases al menos irritantes y contradictorias.
- “Tengan ustedes todo el cariño de este Pantaleón que pronto se quedará allá. No me muevo más de Baires, pase lo que pase. Solamente hacer mis grabaciones y cine en París pocos meses y luego retorno (no el de Pocho, bien muerto está, y yo el boludo lo votó) a mi Buenos Aires querido” (a sus amigos Nelly y Quito, junio de 1975).
- “Te aseguro, Quito, que no soporto más toda esta juventud podrida de Europa. No por falopa o lo que se parezca, sino por lo politizado que está todo. Esto se va a la izquierda total, que es una manera de irse a la mierda. Perón dijo una sola cosa buena y esa palabra fue imberbes. Tenía razón, aquí son iguales. Tienen 15 años y ya quieren tirar bombas” (a Quito, en mayo de 1977).
- “El Pocho nos enchufó lo nacional. Cuando los trenes eran ingleses tenían calefacción. Ahora son nuestros y te cagás de frío (...) Yo soy así, debido a mi manera de ser me caliento y casi siempre meto la pata, por sincero meto una de patas increíbles (...) La verdad es que nunca pensé que sería un tipo tan jodido” (a sus amigos, junio de 1977).