El tenis argentino combinó ayer un motivo de alegría con otro de tristeza para vivir la jornada del Masters Series de Indian Wells, porque si David Nalbandian sorprendió con su tenis contundente, completamente distinto del que venía jugando, para acceder a los cuartos de final, a Guillermo Cañas en cambio no le dieron las cuentas y quedó eliminado del certamen.

El cordobés Nalbandian se tomó precisa y profunda revancha del español Juan Carlos Ferrero, el mismo que lo había eliminado en el primer Grand Slam del año, en Australia, en sets corridos. Ayer, en cambio, el argentino no le dio la menor oportunidad a su rival, con un tenis sólido y aguerrido, muy fuerte (ganó el 73 por ciento de los puntos con su primer servicio) e implacable.

Sacó profundo, anotó tres aces contra sólo uno de su rival, quebró el servicio dos veces en el primer set y otras tres en el segundo, y con el 6-2, 6-2 final, logrado en apenas 73 minutos de juego, lavó las dudas que habían quedado luego de sus presentaciones frente al letón Ernests Gulbis y al checo Radek Stepanek. Avanza por el cuadro por el que también avanza Roger Federer, con quien podría encontrarse en semifinales. Pero eso será posible sólo si supera el duelo de cuartos, en el que tendrá como rival al estadounidense Mardy Fish o al ex número uno del mundo Lleyton Hewitt, uno que precisamente no quiere con entusiasmo a los tenistas argentinos.

Si Ferrero no tuvo oportunidad, tampoco la tuvo Cañas, que el año pasado había eliminado en este mismo torneo al mejor tenista del mundo, Roger Federer. Y si había podido hacerlo con el 1, ¿por qué no podría con el 3? Pero Novak Djokovic no pensaba lo mismo y en menos de una hora y media consiguió derrotar al argentino 6-2, 6-3.

Cañas ofreció un poco más de resistencia en el segundo parcial pero no pudo quebrar el saque de su oponente ni una sola de las cinco oportunidades en las que tuvo chance. metió tantos aces (3) como el serbio, pero tuvo menor efectividad en el primer saque y ganó muy pocos puntos con su segundo servicio. Sólo se quedó con el 41 por ciento de los puntos en disputa. Este era el segundo enfrentamiento entre ambos, y el resultado fue el mismo: victoria para el serbio, que jugará ahora por un lugar en semifinales contra otro suizo, Stanislas Wawrinka, que superó 6-1, 5-7, 6-4 al coreano Hyung Taik-Lee.

Fue un día de revanchas con anclaje australiano: así como Nalbandian se las hizo pagar a ferrero, también Rafael Nadal hizo lo propio con su verdugo de entonces, el francés Jo–Wilfried Tsonga, que a comienzos de año le dio la gran sorpresa para terminar jugando la final contra Federer. El francés se hizo con el primer set gracias a su mayor contundencia en el saque, metiendo siete aces. Pero el español tuvo una cuota de suerte en el segundo set, logró emparejar la cuenta y levantó una situación muy difícil en el tercer set, cuando quedó 5-2 abajo, para ganar cinco juegos seguidos y ganar 6-7 (4-7), 7-6 (7-3), 7-5.