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Explicar goleadas como la de anoche de Independiente sobre Chacarita puede ser una tarea sencilla o una muy complicada. Porque ha sido tan obvia la diferencia entre ambos equipos, que cuesta entender cómo es posible que militen en la misma categoría. Durante 22 minutos, el lapso que le tomó al puntero del torneo marcar sus primeros cinco goles, sucedió que estuvo solo en la cancha, sin rival, sin marca, sin oposición. No es demérito de su tarea: sencillamente, Independiente borró a Chacarita de la cancha como arrasa un huracán. Hubo fútbol, toque, velocidad y mortífera contundencia. Eso, acaso, explique con mayor fidelidad lo que sucedió anoche en Liniers.
Chacarita tuvo un respiro mínimo, aunque la apertura del marcador haga aparentar lo contrario. Delgado llegó al gol en el primer ataque local, y Torales se perdió el segundo al ratito. Fueron ráfagas –sostenidas en la picardía de ganarle la espalda a Domínguez, más ocupado en proyectarse que en marcar– en el dominio continuado de Independiente, que asfixió a Chacarita contra su campo en base a la dinámica de Guiñazú, la claridad de Montenegro, el talento de Insua y la punzante ambición goleadora de Silvera, estos dos últimos en una magnífica noche. La presión fue tanta, que el equipo de Pastoriza se dobló. Comenzó a cometer errores serios en defensa. Errores que Independiente, puntero y entonado, no perdonó.
Navarro Montoya había parado algunas pelotas de gol, pero cuando Insua logró el empate, los hinchas del líder vivieron los 22 minutos más vibrantes del torneo:
18m, 1-1: Ataque por la izquierda, Navarro Montoya da rebote, e Insua la cruza, desde el punto del penal, de media vuelta, abajo, contra un palo.
29m, 1-2: Toque para Silvera en el área, el delantero la defiende de espaldas al arco, y Gamboa, que quiere quitarle la pelota, se la deja servida; cayéndose, de punta, Silvera la cruza al otro palo.
32m, 1-3: Chacarita ya hace agua. Corner de Domínguez desde la derecha, la pelota se cierra sobre el segundo palo, donde no hay ningún defensor local. Navarro Montoya se resbala y Silvera cabecea solo en la raya.
35m, 1-4: Después de un mano a mano que le tapa Navarro Montoya, Insua monta una doble pared con Montenegro, quien patea y el arquero saca al corner. Del tiro de esquina, Insua vuelve a tomar el rebote en el punto del penal, la pelota da en Gamboa y se eleva, entrando junto al palo derecho.
39m, 1-5: Combinación por izquierda, remate de Insua, nuevo rebote en Navarro Montoya al medio. Silvera la para con izquierda, la acomoda y le pega con zurda contra el palo derecho.
En menos de media hora, el puntero había liquidado el partido, y nadie esperaba mucho más del complemento. Hubo un regalito adicional por parte de Insua –capturó la pelota en el área, la llevó con la zurda hasta la raya, encaró a Navarro Montoya y le pasó la pelota por entre las piernas hacia el sexto gol– y en la calma que siguió a semejante tormenta, Chacarita encontró el descuento, con un cabezazo de Pena tras una mala salida de Leo Díaz.
Gallego dio una clara señal de bajar la cortina cuando sacó de la cancha, por primera vez en el torneo, a Silvera cuando faltaba más de media hora, y con Pusineri, Rivas y Eluchans en el campo, Independiente jugó a otro ritmo, controlando el partido ganado con suficiencia. Lleva 20 puntos en ocho partidos, es el único invicto del torneo (6 triunfos, dos derrotas) y convirtió 13 de sus 26 goles (la mitad) en los últimos dos encuentros. La semana que viene recibe a River. ¿Se define allí el Apertura?