DEPORTES › VENCIO 3-1 A RACING CON DOS GOLES DEL DELANTERO
Fue San Lorenzo de Acosta
El equipo de Avellaneda ganaba 1-0 en el Nuevo Gasómetro, pero empató Paredes y el veterano atacante liquidó el partido.
Con dos goles del interminable Alberto Acosta, San Lorenzo derrotó 3-1 a Racing en el Nuevo Gasómetro, en el partido de ida de cuartos de final de la Copa Sudamericana, y sacó una ventaja que puede ser decisiva de cara a la revancha, a disputarse dentro de dos semanas. El equipo de Ruben Insua perdía 1-0 pero dio vuelta el partido en el segundo tiempo.
La supremacía de San Lorenzo puede rastrearse a lo largo de todo el partido, salvo en el período comprendido entre el inesperado gol de Peralta, que abrió el marcador para Racing, y el descanso. En esos ocho minutos, el equipo local, que había hecho el gasto y contado con las mejores oportunidades de la primera mitad, lució desorientado, como impactado por el mazazo que le había infligido la visita.
Hasta ese gol fatídico, el cero se había mantenido especialmente gracias a un par de atajadas providenciales de Campagnuolo y a la falla de Rodrigo Astudillo para definir las chances que se le presentaron. San Lorenzo llegaba más, pero hacía ruido en esos últimos metros, y por eso no podía refrendar en el resultado lo que venía haciendo en la cancha.
Racing, refugiado en su campo, solo había contado con una sola chance de gol antes de la apertura del marcador, cerca de la media hora, cuando Mariano González la paró con el pecho en el área y su remate cruzado salió muy cerca del palo de Saja.
De San Lorenzo había muchas más: un derechazo de Acosta que tapó Campagnuolo, un remate de Romagnoli, y las dos de Astudillo: un rebote desperdiciado a los 6, un remate franco a los 20 solo ante Campagnuolo que el arquero tapó. Por eso sorprendió tanto que la apertura llegara en el otro arco: centro de Milito desde la derecha a la espalda de su marcador, con tres jugadores de Racing entrando solos, sin marca por el medio. La pelota pasó a Bastía y a González, pero Peralta la conectó con un cabezazo seco al gol.
Esa desorientación le duró a San Lorenzo inclusive los diez primeros minutos del complemento. Racing, autoconvencido con eso de que es un “equipo de segundo tiempo”, quiso administrar mejor tiempos y pelota, pero cuando se descargó el chubasco Acosta, no tuvo respuestas. El “equipo de segundo tiempo”, en realidad, era el local...
El empate llegó cuando Romagnoli la tiró larga para Astudillo, que parecía estar en posición adelantada, y el delantero remató sobre la salida de Campagnuolo. Paredes, que acompañaba, tomó el rebote y la tocó contra un palo. La igualdad, de acuerdo a lo hecho por uno y otro, parecía justa.
Más lógico, entonces, fue el trámite posterior, cuando Acosta volvió a confirmar el gran momento que está atravesando. Un pelotazo de Luna entre los zagueros fue aprovechado por el delantero para picar contra Campagnuolo, cambiar de pierna y tocar con la zurda al segundo gol.
Y para cerrar el partido: combinación entre Romagnoli y Luna, centro de juvenil y cabezazo impecable, hacia abajo, de Acosta en el segundo palo. Por si faltaban méritos, Acosta justificó la victoria.