SOCIEDAD › DESCIFRAN LOS GENOMAS VINCULADOS CON LA MALARIA

El mosquito perdió la batalla

Un consorcio internacional anunció el desciframiento genético del parásito que causa la malaria y el mosquito que la transmite. Para la OMS, “abre una nueva era” en la lucha contra este mal.

 Por Pedro Lipcovich

Fue anunciado ayer el desciframiento genético completo del parásito que causa la malaria y del mosquito que la transmite. Esto “abre una nueva era en la lucha contra esta enfermedad”, anunció la Organización Mundial de la Salud. La malaria (o paludismo) mata un millón de personas por año en el mundo, se ha hecho resistente a los medicamentos que la controlaban, diezma a la población africana, ataca a los viajeros del Primer Mundo y, en el Cono Sur, viene cerrando su cerco sobre la Argentina. El relevamiento genético se considera la piedra fundamental para desarrollar medicamentos que vuelvan a ser efectivos, obtener insecticidas que mantengan a raya al mosquito y, sobre todo, arrimarse a la solución de fondo, que sólo puede ser una vacuna.
Los relevamientos genéticos abarcaron, por una parte, a la más temible de las cuatro especies de parásitos que causan la malaria: el Plasmodium falciparum. Lo hace temible el hecho de que, en los últimos cinco años, ha desarrollado resistencia a la cloroquina, el principal medicamento contra la enfermedad. Esto ha causado el rebote de las tasas de mortalidad, principalmente en Africa, al punto de que “el resurgimiento de la malaria es una prioridad inmediata en salud pública”, según la OMS.
También fue secuenciado por completo el genoma del Anopheles cambiae, la más difundida de las 60 especies de mosquitos anopheles capaces de transmitir el paludismo.
El proyecto fue posible mediante la colaboración internacional de varias instituciones coordinadas por el Programa de Investigación sobre Enfermedades Tropicales de la OMS (TDR), y los resultados se publican en las prestigiosas revistas Nature y Science. Se registraron los 5300 genes del parásito, los 14.000 del mosquito, y la noticia fue recibida con alborozo por la comunidad científica internacional: “Es una proeza extraordinaria”, se exaltó el célebre Anthony Fauci, director del Instituto Nacional contra las Enfermedades Infecciosas y las Alergias (Niaid) de Estados Unidos.
¿Por qué es tan importante disponer de esos registros genéticos? He aquí un ejemplo: hace unos meses, un equipo alemán identificó, en el Falciparum, una enzima que al parásito le es imprescindible para sobrevivir. Los investigadores utilizaron el relevamiento del genoma (que ya estaba disponible, aunque incompleto) para localizar los genes que ordenan la fabricación de esa enzima; transportando esos genes a bacterias, lograron producir suficientes cantidades de la enzima como para probar drogas contra ella. Así descubrieron una sustancia que bloquea la enzima y que, por lo tanto, mata al Falciparum. Se prevé que para el año próximo comenzarán ensayos clínicos de esta droga sobre seres humanos.
En cuanto al mosquito, se están identificando los genes que le permiten sobrevivir al efecto de insecticidas y se han ubicado los que regulan el equipo de receptores olfativos que los conduce hacia la piel humana, lo cual podría servir para nuevas fórmulas de repelentes de insectos.
Pero el gol de oro será la vacuna: una dificultad para conseguirla es que el plasmodio pasa por sucesivos ciclos en los que toma formas diferentes, y una vacuna debiera ser efectiva contra todas estas formas: esto podría lograrse conociendo qué genes regulan cada configuración.
La malaria ataca a 300 millones de personas por año en el mundo; hay más de un millón de muertes anuales. Casi el 90 por ciento de las víctimas vive en Africa pero, como consecuencia de la globalización, 10.000 viajeros del Primer Mundo se contagian de la enfermedad cada año; sólo en Alemania hay anualmente de 15 a 30 fallecimientos.
Nicolás Schweigman, director del grupo de estudio de mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, observó que “de los tres plasmodios que pueden producir el paludismo en el hombre, el Falciparum es el más difícil de combatir. A la Argentina no ha llegado hasta ahora; la variedad que prevalece es el Plasmodium vivax, que no ha desarrollado hasta el momento resistencia a las drogas”. En cuanto a losmosquitos, “el Anopheles seudopunctipennis transmite la enfermedad en la zona endémica, que es la de Orán y Tartagal, en Salta; este mosquito llega hasta las serranías de Córdoba y San Luis; en la zona del Paraná tenemos el Anopheles darlingi y en Buenos Aires prospera el Anopheles albitarsis, que podría extender una epidemia causada por las otras especies”.
Alfredo Seijo, director de la Comisión de Estudio de Patologías Regionales y jefe de zoonosis del Hospital Muñiz, advirtió que el tema es de gran interés para la Argentina, “ya que la presencia del Plasmodium falciparum se extiende cada vez más hacia el sur: en Bolivia, posiblemente haya llegado a la región de Santa Cruz de la Sierra, tal vez al norte de Paraguay y, sin duda, en la región amazónica de Brasil”.

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Anthony Fauci en la presentación de los resultados.
 
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