Nunca había vuelto a gozar de los elogios desde que regresó al arco de Boca. No fueron pocos los que pidieron su salida de la titularidad, pero Roberto A-bbondanzieri se desquitó siendo una de las figuras de su equipo en la igualdad contra River, el domingo, en el superclásico. Y se desquitó en forma. “La realidad es que volví a Boca desde España y fueron seis meses de palos y palos –se quejó el arquero–. Pero tampoco creo ser tan malo. Las críticas no me cayeron mal por mí, sino por mi familia. Yo no estoy en el arco de Boca por llamarme Abbondanzieri. A los 37 años, si lo hago es porque mi rendimiento tiene que ser el mejor o el más regular”, explicó luego del entrenamiento de su equipo, haciendo declaraciones por primera vez en mucho tiempo.

“A mí nadie me regala nada; es cierto que no estaba en el mejor nivel, pero vengo mejor y en los momentos que tenía que aparecer, aparecí. Mi rendimiento debería ser más regular, puede ser, pero nadie me regaló nada”, añadió. “Por supuesto que me critico, pero me duele no poder llevar a mi hijo de 8 años a la cancha, porque estaba sufriendo. A veces se habla con ‘mala leche’ y creo que siempre me porté de la mejor manera. Tengo una familia grande que a veces sufre porque estoy en el mejor arco del mundo.”

El ex arquero de la Selección Argentina en el último Mundial de Alemania desestimó que estuviera evaluando el retiro. “Ni por casualidad pensé en eso, jamás se me cruzó por la cabeza retirarme antes. Me mata mi señora si me retiro, cuando falta un año y seis meses para terminar mi carrera. Además sería dar el brazo a torcer y eso no lo voy a hacer”, aseveró.

“Lo que pasa es que soy un arquero conocido y pareciera que no puedo tener errores. Acá no se mide a todos con la misma vara, no se mira para otro lado y sí se mira siempre a los mejores. Eso quiere decir que estaré considerado entre esos arqueros”, consideró.

Abbondanzieri no se adjudicó responsabilidad en el gol de River, convertido por Gallardo con un tiro libre, prácticamente de la misma manera en la que había señalado su tanto en el clásico jugado en abril en el estadio de Boca. “No todos los goles son culpa del arquero; éste no tiene nada que ver. Hoy, si pasa la barrera es gol”, argumentó.

“Gallardo es un gran jugador, que tiene una pegada casi perfecta. Si tuviera la posibilidad de atajarlo otra vez, no le pondría barrera. Pero fue un gol más. Soy de los que piensan que el 90 por ciento de los goles se pueden evitar, pero en ese tipo de jugadas el arquero no tiene responsabilidad. Si me jugaba a ese palo y la pelota entraba en el primero, hoy (por ayer) no podía venir a entrenarme”, señaló antes de apuntarle al árbitro Saúl Laverni.

“Hubo mucha diferencia entre el tiro libre de Gallardo y el de Riquelme (en el segundo tiempo). En el primero había una muy buena distancia y eso a los arqueros nos complica cada vez más. En cambio, en el de Román, no sé si se adelantó la barrera o si no eran los mismos pasos... Y hoy en día esa diferencia es fundamental”, criticó.

Abbondanzieri reconoció que se adelantó para atajarle el penal a Ariel Ortega. “Ya estaba adelantado antes de que pateara, es cierto. La jugada podría haberse retrotraído, pero que no se haya hecho no significa que me hayan perdonado por atajar para Boca, porque a (el ex guardavallas de Boca, Mauricio) Caranta le patearon penales dos veces.”

El arquero también reconoció que Boca no jugó bien el superclásico. “No hicimos un buen primer tiempo y, a diferencia de partidos anteriores, tampoco jugamos tan bien en el segundo. Quizá River se cansó o se metió un poco atrás, pero nosotros no jugamos bien”, admitió.

“Pero si antes del partido contra Vélez me decían que de 12 puntos en juego íbamos a sacar 10, lo firmaba con los ojos cerrados. Por cómo veníamos, haber sacado estos puntos es muy bueno. Pero ahora tenemos que volver a ganar rápidamente, porque necesitamos salir campeones”, sentenció Abbondanzieri.