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La Copa “Fútbol por el Desarme” no pudo jugarse anoche por orden del Coprosede. El Comité bonaerense que controla el comisario Rubén Pérez decidió, casi sobre la hora del partido entre Vélez y Sarmiento de Junín en Necochea, que no debía disputarse porque le resultaba imposible brindar condiciones de seguridad. La Copa lleva el nombre del joven necochense Alfredo Marcenac, asesinado el 6 de julio de 2006 por un francotirador en el barrio porteño de Belgrano. Obvia decir qué simbolizaba un encuentro de estas características. No desbordaría de convocatoria, pero sí de buenas intenciones.

La polémica suspensión determinada por el Coprosede fue cuestionada implícitamente en un comunicado por la municipalidad local. “Las gestiones realizadas desde el municipio y la Jefatura Departamental de Necochea a lo largo de este miércoles fueron infructuosas ante la negativa de dicho organismo de derivar efectivos, previamente destinados al encuentro que sostendrían Boca Juniors y San Lorenzo” en Mar del Plata.

Pérez, un discutido comisario sobre el que pesan sospechas de apañar a barrabravas y que tiene una denuncia en la Justicia por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” de la organización Salvemos al Fútbol, no tomó en cuenta el sentido de la Copa. Tampoco el comité a su cargo previó adecuadamente la organización de ambos partidos en Necochea y Mar del Plata, separadas por poco más de 100 kilómetros de distancia. Desde el sábado pasado se sabía que el clásico Boca-San Lorenzo se disputaría anoche.

La jornada nocturna de fútbol en Necochea se completaba con dos partidos de alto riesgo: uno entre juveniles de Vélez e Independiente y otro entre el club local Rivadavia y juveniles de Sarmiento. Parecen más riesgosos los encuentros de la Liga necochense. La Copa Marcenac iba a ser televisada por TyC Sports; ahora, se intentará reprogramarla. Parece un contrasentido: suspendieron la disputa de un trofeo por el desarme. Cabe preguntarse: ¿Habría estado en juego la seguridad deportiva?