Los teléfonos están totalmente colapsados en Haití. Es lo que repiten en Cancillería, en Gendarmería Nacional y en el Ministerio de Defensa. Sin embargo el vicecomodoro César Grando, vocero del Estado Mayor Conjunto, dice que existe una forma de comunicarse, pero es “casi” imposible: “Tenemos una línea directa con el Hospital Militar Reubicable Argentino de la Fuerza Aérea en Puerto Príncipe, es el único hospital que está funcionando en la ciudad, pero la línea la usan para hablar con sus familiares. Es difícil encontrarlos, si no trabajan, están descansando”. Luego de varios intentos, Página/12 logró hablar unos minutos con un médico. “Afuera hay cientos de personas que buscan atención médica o un techo donde cobijarse”, describió.

Del otro lado del teléfono se distingue la tonada cordobesa de un casco azul. Hace dos días que no sale del hospital que en la devastada Puerto Príncipe es conocido como “El Argentino” y fue instalado en 2004 como parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas. ¿Cuánta gente pasó por ese lugar desde el terremoto? “Es imposible saberlo, cientos seguramente. Atendimos a los heridos del edificio de la ONU y la gente entra y sale todo el tiempo. Lo único que sé es que somos cincuenta personas los que atendemos y no damos abasto”, contesta el profesional. En Cancillería estiman que son al menos 850 los pacientes atendidos en las últimas 48 horas, de los cuales 85 fueron operados.

De momento, cientos de personas merodean el hospital para conseguir un techo donde cobijarse. “Tuvimos que cerrar las puertas por este motivo, si no colapsábamos, y nos pusimos selectivos: sólo dejamos pasar a la gente que está muy grave, hay muchas personas fracturadas y también con distintos golpes”, dice el médico. Según reconoce durante la breve charla, no tiene idea de la magnitud del desastre, aunque se anima a dar la siguiente comparación: “Es como si se derrumbara una de esas favelas gigantes que hay en Brasil, es ese tipo de desastre, gente muy pobre que cuando sale de acá no tiene adónde ir”.

En el hospital se habilitó una especie de morgue con cámara frigorífica que se utiliza, por ahora, para guardar víveres. Las instalaciones están compuestas por once módulos, parecidos a los containers, que incluyen un laboratorio, dos salas de internación con un total de 20 camas, dos quirófanos, sala de terapia intensiva y radiología y otra sala para emergencias. El hospital cuenta con una planta que potabiliza agua, aunque resultó dañada tras el sismo.

En estos dos días se realizaron 85 operaciones, la mayoría de alta complejidad, y los casos más urgentes fueron derivados en helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina hasta al otro lado de la isla, en Santo Domingo, República Dominicana. En caso de que se necesite internar a más gente, hay dos carpas preparadas para sumar doce camas.

El informante dice que por suerte el servicio de ambulancias-jeep sigue funcionando y la situación está cambiando. “Lo peor fue ayer (por el martes), hoy podemos trabajar un poco más tranquilos”, alcanza a decir antes de que se corte la comunicación. Un rato más tarde, cuando el teléfono vuelve a funcionar, el hombre pide disculpas: “Usamos la línea para hablar con nuestros familiares, lo siento mucho, tengo que cortar”.