Luego de haber descontado la ventaja que le llevaba su compañero de equipo Carlos Sainz, el qatarí Nasser Al Attiyah (Volkswagen) ganó la octava etapa del Dakar y pasó a liderar la tabla general. El príncipe asiático recorrió los 508 kilómetros desde Antofagasta a Copiapó en 5h 16m y 30s, con una ventaja de 6m 36s sobre Sainz, quien finalizó en segundo lugar. De esta manera, el español quedó a 5m 14s del líder en la general. “Estoy encantado de haber ganado la etapa y de mandar en la general. Las dunas son mi terreno predilecto. Ahora ya estoy en situación de controlar la carrera”, expresó el qatarí. El sudafricano Giniel De Villers, también con VW, quedó en tercer lugar.

“Desde la salida fuimos con mucho cuidado. Sainz nos alcanzó rápidamente, pero en el último tramo de dunas atacamos porque sabíamos que era ahí donde podíamos superarlo”, analizó Al Attiyah luego de asumir el liderazgo. A diferencia del español, quien el año pasado fue triunfador con dos minutos de diferencia sobre el segundo, el qatarí tratará de ganar el Dakar por primera vez. Todo parece indicar que la definición se centrará en esos dos pilotos, ya que De Villers quedó a más de 40 minutos de los punteros.

A la hora de analizar la etapa, Sainz admitió que las cosas no le salieron bien y que tuvo problemas en las dunas del desierto de Atacama, donde se quedó trabado en un par de ocasiones. “La primera vez fue en un sitio bastante tonto. Se nos paró el coche al frenar y no pude acelerar para pasar la duna”, lamentó el madrileño. El segundo inconveniente que padeció fue unos kilómetros más adelante, cuando descendía de la duna y fue a parar a un agujero. Para remediar ese inconveniente, Sainz debió bajar del auto junto a su copiloto Lucas Cruza. No obstante, el campeón defensor consideró que la ventaja de Al Attiyah es “mínima” y aseguró que aún quedan muchos kilómetros por delante para recuperar el tiempo perdido: “Iba todo muy bien pero es lo que pasa en el Dakar. En un momento se te puede dar la vuelta la situación. Vamos a seguir porque aún queda mucho”.

Hoy la competencia volverá a desarrollarse en el desierto y el trayecto que harán los corredores será íntegramente en Copiapó. Habrá sólo 35 kilómetros de enlace y 235 de especial, que pueden convertirse en un filtro de rally entre las dunas de ida y vuelta. La largada tendrá un condimento especial, ya que los mejor clasificados partirán en filas de a diez.