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Guillermo Coria está viviendo una semana mágica. Con su triunfo 6-3, 1-6, 6-3 sobre Gastón Gaudio, el santafesino completó su cuarta victoria consecutiva sobre tenistas argentinos, entre ellos los dos singlistas titulares de la Copa Davis, y se metió en la final de la tercera edición de la Copa AT&T. Su rival será el español Carlos Moyá, máximo favorito del torneo, que se impuso 7-6, 6-1 al brasileño Gustavo Kuerten (televisa TyC Sports desde las 14).
El duelo más esperado estuvo a la altura de lo previsto. Luego de un comienzo flojo de Gaudio, que permitió que Coria se despegara 4-1 y casi sentenciara el primer set, el partido se tornó más parejo. Coria partió con la premisa de evitar en todo momento que Gaudio pudiera pegar con comodidad su revés, su principal arma. Pero como él mismo admitió más tarde, se relajó un poco en el inicio del segundo parcial y lo terminó pagando con el set. “Empecé muy bien, con concentración, pero me relajé un poco y en este nivel lo pagás. Dos puntos o tres que no hacés lo que debés y terminás perdiendo”, sostuvo Coria.
En el set decisivo se vio lo mejor. Los dos se soltaron y arriesgaron con su juego de fondo. En ese cruce, el más favorecido fue Coria, que se sintió más cómodo al tomar la iniciativa. Así logró quebrar en el cuarto game y sacar una ventaja que pintaba decisiva, aunque Gaudio emparejó en el séptimo. Claro que allí surgió el temperamento del santafesino para devolverle el quiebre en cero en el game siguiente. “Estoy muy fuerte de la cabeza. Puedo mantener la concentración y no me voy de los partidos en ningún momento”, remarcó Coria, que aclaró que la clave de su victoria estuvo en evitar que Gaudio impusiera su golpe de revés. “Si lo dejás pegar el revés te pinta la cara”, señaló.
Del otro lado, Gaudio se mostró conforme a pesar de la derrota. “Da bronca perder, pero jugué mejor que en los días anteriores. El partido sedefinió en tres o cuatro pelotas, y él estuvo muy acertado en esos momentos importantes”, consideró el jugador de Adrogué, que resaltó que luchó hasta que pudo. “Estoy conforme. No bajé nunca los brazos, pero no tuve oportunidad de hacer más. El se lo mereció”.Ahora será el turno de Moyá. “Me daba lo mismo cualquiera. Es un sueño estar en la final en Buenos Aires, y los dos son grandísimos jugadores así que no tengo preferencias”, indicó Coria, aunque aclaró que es bueno haber evitado a Guga porque lo “tiene de hijo”. Con Moyá se midió una sola vez y perdió, en el 2000, por los octavos de final de Mallorca, justo la tierra del número cuatro del mundo. Para la revancha de hoy, casualmente se invierte la condición de local.