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Puede parecer poco un séptimo lugar, pero el deporte argentino festejó su actuación en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, donde alcanzó los 21 oros, casi duplicamdo la cosecha de Río de Janeiro 2007, y se ilusiona con retornar a la vanguardia continental. “El balance es muy positivo. Se marcó un piso de donde partir para soñar con cosas grandes a partir de Toronto 2015 o Río de Janeiro 2016, cuando haya una continuidad”, opinó el secretario general del Comité Olímpico Argentino (COA), Mario Moccia.

Cecilia Biagioli en aguas abiertas, los varones en handball y ho-ckey, Paula Pareto en judo, los cinco triunfos en remo y los cuatro en frontón fueron algunas de las disciplinas que lograron oro. Las Leonas en hockey femenino y el rugby seven fueron, sin duda, las caídas más inesperadas. Ambos fueron plata con sabor a decepción.

Si bien Moccia destaca las medallas –21 en Guadalajara frente a 11 en Río–, pone la mirada en el horizonte y no en Londres 2012, que serán “unos Juegos particulares y difíciles”, ya que no estará el fútbol –el Sub-20, que perdió la final de los Panamericanos con México, quedó afuera de los Juegos Olímpicos en el último Su- damericano– y aún el proceso de crecimiento con apoyo estatal está a mitad de camino.

“La idea es que Argentina se vaya colocando en los próximos cuatro u ocho años en un nivel de liderazgo continental y entre los 25 o 30 mejores del mundo. Tampoco hay que aspirar a objetivos irrealizables”, señaló Moccia.

Atletas y dirigentes remarcaron la importancia del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), una creación conjunta de la Secretaría de Deportes que conduce Claudio Morresi y del COA, que preside Gerardo Werthein. Según cifras oficiales, en 2010-2011 el Enard aportó 105.781.467 pesos para becas para 1063 atletas y 476 jóvenes promesas, realizar giras, comprar material de entrenamiento y competencia, y perfeccionar entrenadores, entre otras fines. “Se trató de darles a los entrenadores y atletas todo lo necesario para hacer la puesta a punto. Mejorando equipamiento y preparación, muchos que estaban cerca pudieron triunfar en la definición”, contó Moccia.

A diferencia de otras veces, en Guadalajara casi no hubo quejas de los deportistas. Uno de los pocos reclamos llegó desde la natación, que acusó la falta de indumentaria necesaria en tiempo y forma, tema resuelto durante la competencia. Sí sobraron elogios para el Enard.

“Tuvimos buen apoyo del COA. En otros años no lo teníamos, pero este año nos dio un respaldo importante, no nos podemos quejar”, dijo Fernando Ergueta, que ganó una medalla de oro en frontón.

Ana Milagros Carrasco Pini, bronce en gimnasia rítmica con cinta, manifestó que “ahora con el Enard todo fue mucho más fácil”. “Trabajan mucho para que un deportista alcance sus logros. Todos les agradecemos por los viajes. Todo lo que uno simplemente pregunta ellos están para responder”, aseguró la gimnasta.

En ese sentido, Morresi hace dos balances. “El principal es que la delegación vino a Guadalajara con las necesidades resueltas, con sus etapas de preparación, becas y equipamiento. No hubo cuestionamientos de los deportistas”, dijo el secretario de Deportes. También se alegró por haber casi duplicado la cantidad de preseas, aunque no le parece lo principal.

“Dejé de darle trascendencia a ese tipo de análisis. ¿Cómo puede ser que algunos deportes, que en el continente lo practican millones, como el básquetbol, el vóleibol o el fútbol, den una cantidad de medallas mínima y que disciplinas en las que tal vez no haya más de 5000 atletas dan diez o doce medallas?”, señaló. Morresi sostuvo que “no cabe duda” de que cuando un deportista tiene un logro importante “se produce un efecto en la sociedad argentina de satisfacción y orgullo”.

“Pero sería hipócrita si ahora me pongo a hablar de las medallas, porque lo que queremos es que el deporte siga creciendo en la medida en que va creciendo el país. Estamos felices por las medallas, pero más por todo lo demás”, afirmó el dirigente, que remarcó la importancia de que el Enard junto con la Secretaría hayan aumentado el presupuesto en “1200 por ciento desde el 2003 a hoy”.

También los Juegos Evita (cuyas finales 2011 comenzaron ayer en Mar del Plata) y la escuela del Cenard produjeron atletas como Braian Toledo, el joven de 18 años que fue medalla de bronce en jabalina. Toledo fue el autor de uno de los dos records panamericanos que bajaron atletas argentinos; el otro fue el que conquistaron en persecución los ciclistas Walter Pérez, Marcos Crespo, Eduardo Sepúlveda y Maximiliano Almada. Las 21 medallas son la quinta mejor conquista en la historia de los Panamericanos, detrás de Buenos Aires 1951 (68), Mar del Plata 1995 (40), México 1955 (28) y Winnipeg 1999 (25).