El retorno de River a la máxima categoría del fútbol argentino no arrancó envuelto en tranquilidad, sino que a poco menos de un mes para que el torneo Inicial dé sus primeros pasos, el club ya se destacó por tener el primer conflicto interno. La decisión de prescindir de los delanteros Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez fue el disparador para que queden expuestas situaciones que permanecían sostenidas sólo para no entorpecer la definición del campeonato. El club debutará el 5 de agosto en medio de un clima incierto y también con la política nuevamente a punto de llevarse todo el protagonismo.

Uno de los que quedaron en una situación incómoda es el entrenador Matías Almeyda, debido a que su papel en la novela con los dos despedidos no fue el mejor. Más allá de que el presidente Daniel Passarella quedó como el principal impulsor de la no continuidad de los jugadores, sobre todo por su pelea personal con el representante Néstor Sívori, el técnico mostró dudas cuando tuvo que explicar los pasos que definieron la situación. Su marcha atrás con Domínguez, intentando retenerlo con muy poca convicción, lo dejó en la mira de muchos hinchas. El propio Almeyda condicionó su tarea al decirles a los simpatizantes que si no lo querían, podían hacer una marcha para manifestarlo.

“Si Almeyda tomó una decisión así es porque tiene que tener otros jugadores de mejor nivel para traer a River. De lo contrario, no se entiende lo que hizo”, le dijo a Página/12 un dirigente cercano a la Comisión Directiva de la entidad. En ese sentido, la falta de resultados en el comienzo del certamen actuaría con efecto contrario hacia el entrenador por lo sucedido. River comenzará la tabla de los Promedios con cero, y la suma de puntos será clave a lo largo de la temporada, para no tener que padecer en ese aspecto.

“Los problemas personales de Passarella con los representantes desencadenaron una situación patética. No se puede hacer eso con los jugadores que tuvieron la grandeza de sacar a River del descenso. Pero de todas maneras, lo que no puede suceder otra vez es que los representantes sigan haciendo sus negocios con River. Así seguimos igual”, agregó la misma fuente.

Entre esos cuestionamientos aparecen la incorporación de refuerzos sin jerarquía en los últimos años, que terminaron desembocando en el descenso. Y la situación parece repetirse para este regreso a Primera. Almeyda solicitó nombres como Andrés D’Alessandro, Diego Lugano, Fernando Belluschi, César Delgado, Sebastián Saja y Enzo Pérez. Pero por ahora el que está más cerca de arreglar es Gabriel Mercado (ver aparte). Y se mencionan a Emanuel Mas, Mariano Echeverría y Ariel Rojas, entre otros. Lo del arquero Marcelo Barovero parece haberse enfriado.

Mañana será el día para que el equipo reanude los entrenamientos, y en el transcurso de la semana se resolverá en qué lugar se realizará la pretemporada, ya que los lugares que había pedido el conductor, Estados Unidos o México, no pudieron ser posibles y las tareas se realizarían en el predio de la AFA en Ezeiza o en la provincia de Salta. “La economía de River no goza de buena salud después de haber estado en la B, como dice esta dirigencia. Los problemas para pagarles a los empleados continúan, y ahora se hace difícil cerrar un lugar para la pretemporada del equipo, y mucho más para traer refuerzos”, remarcó el directivo.

River no tuvo mucho tiempo de festejar el título alcanzado en la Primera B Nacional, ya que inmediatamente se vio sumergido en circunstancias que están lejos de los festejos.