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Se moría el partido cuando Ludueña mandó el último corner desde la derecha. River sufría el empate 1-1 con el América, pero el cabezazo salvador de Lequi en el minuto 90 lo deja con enormes expectativas para clasificarse para la semifinal de la Copa Libertadores. Ese cabezazo significó el triunfo ante el América de Cali y volvió a romper el síndrome de los locales, ganando en su cancha.
Desde el inicio River se paró en el campo rival, y comenzó a presionar al equipo colombiano contra su arco, acorralándolo y transformando al arquero Zapata en figura.
Precisamente, apenas habían pasado cuatro minutos cuando el colombiano le ahogó el grito del gol a Luis González, tirándose hacia atrás y reteniendo la pelota en dos tiempos.
Enseguida, otra vez Zapata evitó el gol al detener un cabezazo de Ameli, que había recibido otro envío aéreo de Lequi, después de un remate de Coudet por arriba del travesaño.
El panorama hacía suponer que el gol estaba al caer, y así sucedió. Después de rematar por arriba, D’Alessandro convirtió el primer tanto con un zurdazo cruzado, entrando por la derecha. La pelota dio en el palo derecho y cruzó el arco antes de entrar junto al otro palo y terminar en el fondo de la red.
Cuando se encontraban González y D’Alessandro para construir todos los circuitos ofensivos del equipo local, River era superior, y ese envión anímico fue el pretexto para intentar liquidar rápidamente el compromiso. Sin embargo, careció de precisión al momento de definir.
Primero fuertes desperdició una chance ante la presencia de Tierradentro, luego González remató afuera con el arquero desubicado, y por último Cavenaghi no llegó a conectar un centro de Coudet.
Curiosamente, sin haber preocupado demasiado a Buljubasich en los primeros treinta minutos, el América se acercó con serio peligro en el último cuarto de hora del primer tiempo. El ex Central tapó justo ante la entrada de Ferreira, y luego Jairo Castillo la tiró afuera picando la pelota por arriba del arquero.
Esos últimos minutos mostraron que River parecía sentir el desgaste del comienzo. Con las subidas de Virviescas por izquierda, el América generaba peligro; por esa vía, Vázquez cabeceó apenas desviado, y luego Castillo estrelló otro cabezazo en el travesaño.
Con esa decisión salió América a jugar el complemento, y prolongó el buen momento. Desde los primeros minutos los colombianos intentaron controlar el partido, tomando la posesión de la pelota. Así llegó la igualdad con una gran jugada combinada, comandada por Castillo, que Vásquez empujó en la puerta del arco luego de un centro de Bustos que Ferreira dejó pasar entre sus piernas.
River no logró reaccionar. Su gente quería ver a aquel equipo que se había floreado ante Corinthians, pero desde la cancha subía una sombra. D’Alessandro se perdió el segundo tras una pared con Cavenaghi, y también lo tuvo Ludueña, con un zurdazo de comba al segundo palo. Cuando el partido se moría, llegó el cabezazo salvador de Lequi...