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Con la excusa de la inauguración del Estadio Ciudad de La Plata, cuya construcción estuvo demorada dos años, la Selección Argentina vuelve a jugar en el país, después de casi un año y medio de ausencia, y por primera vez desde la amarga eliminación en primera ronda del Mundial 2002. El amistoso será uno más del largo historial de confrontaciones con Uruguay, la selección a la que la Argentina enfrentó en mayor cantidad de oportunidades. El último partido como local data del 8 de noviembre de 2001, cuando Perú cayó derrotado 2-0 en el estadio Monumental.
La Selección Argentina aventaja con 25 victorias a la de Uruguay en la historia de los partidos jugados entre ambas formaciones. Argentinos y uruguayos se enfrentaron en 176 ocasiones, con 78 victorias de los albiceleste, 53 de Uruguay y 45 empates.
La superioridad uruguaya en los primeros tramos del siglo XX quedó plasmada con dos victorias resonantes en la final del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Amsterdam, en 1928, y en la final del primer Mundial, disputado en 1930 en Uruguay, en la que los dueños de casa ganaron por 4-2.
Pero la Argentina emparejó el historial poco después, y en los dos últimos choques entre ambas selecciones, correspondientes a las eliminatorias del Mundial 2002, la Argentina ganó 2-1 en Buenos Aires e igualaron 1-1 en Montevideo. En este último partido hubo sospechas de un arreglo para clasificar a ambos equipos, que nunca pudo ser probado.
Tres semanas después de haber vencido 3-1 a Libia en Tripoli con una formación integrada por futbolistas que juegan en Europa, Marcelo Bielsa eligió para este amistoso plantar un equipo con jugadores que se desempeñan en su mayoría en el medio local. Sólo Lucas Castromán (que será titular) y Mauro Cetto (que irá al banco) juegan en Europa en este plantel.
La gran novedad es el planteo defensivo propuesto por el entrenador argentino, que decidió parar una falsa línea de cuatro, cuando normalmente suele jugar con un central y dos laterales; en este caso, los centrales serán dos (el rosarino Daniel “Cata” Díaz y Gabriel Milito), pero los laterales son dos volantes, Castromán y Pablo Guiñazú, que se desprenderán constantemente sumándose al medio, para asistir a los juveniles riverplatenses Javier Mascherano y Osmar Ferreira, que normalmente juegan en la reserva de su club.
Al frente del equipo uruguayo debuta como entrenador Juan Ramón Carrasco, que sustituye en el cargo a Víctor Púa.