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Está claro que quien esto escribe ninguna empatía tiene con el “resultadismo”. Recurrir a los resultados de partidos ya jugados (¡70 en 31 días!) reemplaza la casi inexistencia de juego, que como bien escribió José Canet en “Los cosos de al lao”, aunque referida a la noche, “... con su tristeza el olivo se ha tomao...”.

Y son los resultados de las primeras siete fechas, puntualmente los de Colón y Racing, la más acabada demostración de lo que está sucediendo con el fútbol vernáculo.

Racing tuvo una serie de contratiempos institucionales y deportivos que parecieron quedar en el olvido, en especial a partir de su condición de “candidato” antes de comenzar el torneo. En cambio, Colón estuvo al borde de la acefalía dirigencial y futbolística, debiendo soportar además la gestión de un tal Sciaqua como entrenador de la Tercera y de la Primera quien, con patética metodología, entregaba papelitos a sus dirigidos con horarios absurdos para entrar en calor, salir a la cancha, imaginar tal o cual jugada del rival para contrarrestarla y demás. Así le fue.

En la primera fecha del campeonato, Racing le ganó 3-0 a Colón. Y no volvió a ganar, sumando solamente un empate –con All Boys– en las seis fechas siguientes. Estuvo a punto de ser líder; en cambio, quedó último. Colón, por su parte, no volvió a perder –ganó cuatro partidos y empató dos– y está primero.

Pero, independientemente de las estadísticas, el juego “con su tristeza el olivo se ha tomao”.