Esta vez Alejandro Sabella no anduvo con vueltas. Fue directo al grano, o al hueso o a donde no cabe ningún tipo de especulación. “El equipo no lo puedo confirmar, porque no quiero que lo sepan nuestros rivales”, comentó con la misma cara de siempre, serio y a la defensiva, como si por su mente pasaran cuestiones muy complicadas, que enseguida se dejaron ver. “Veo muy bien de ánimo al grupo, sin embargo más allá de eso ésta es otra etapa, en la cual no hay margen de error. En la primera fase, te podés equivocar y tener posibilidad de recuperación. Más allá del estado de ánimo de los jugadores tenemos que estar concentrados y tener equilibrio, sabiendo que no tenemos marcha atrás y que los errores se pagan caro por la jerarquía de los rivales”, apuntó.

Puesta la vara de la prudencia y el favoritismo contenido, que a esta altura del Mundial ya parece convertirse en una especie de cábala, Sabella logró relajarse un poco. “Creo que estamos mejorando y me parece que el último partido jugamos para siete puntos”, comentó. Luego le dedicó unas palabras de elogio a Lionel Messi, el héroe del conjunto nacional y el único que, por ahora, ha demostrado lo que puede ser capaz de hacer si le dejan un poco de espacio para desplegar su fútbol. “Messi está haciendo un gran Mundial, eso es lo que todos estábamos esperando: él, sus compañeros y todo el público de Argentina. Estoy muy contento por él, ya que es un jugador determinante para el equipo”, apuntó.

Entonces llegó el momento otra vez de la cautela, porque si hay algo que Sabella no quiere que trascienda es su entusiasmo a partir del cuadro que se le presenta a la Argentina en el camino a la final. “Uno puede tener una imaginación del partido, pero pueden pasar dos cosas: primero que el fútbol es impredecible y segundo, no lo puedo decir antes del partido”, dijo, e insistió con un concepto que estuvo presente en cada una de sus charlas con la prensa. “Siempre dije que más allá de los resultados están los rendimientos y en la medida en que nos acerquemos al rendimiento como ante Nigeria, vamos a tener más chances de pasar de ronda”, comentó. Justamente, frente a Nigeria el entrenador recibió una mojada del delantero Lavezzi cuando le daba indicaciones a un costado de la cancha. “Lo que pasó con Lavezzi es una muestra más de la buena relación que hay entre el cuerpo técnico y los jugadores. Lo tomé como una muestra de cariño”, aclaró.

El entrenador, por último, se refirió al rival. “Suiza es un equipo muy trabajado, que viene jugando de una misma manera desde hace mucho tiempo y que cuenta con un entrenador de mucha jerarquía. Más allá de la técnica, cuando hablamos de fútbol de alto rendimiento o una competición como ésta, el carácter es fundamental. La fortaleza anímica y el equilibrio emocional son un factor casi vital, más allá de la parte táctica, técnica y estratégica. Miramos los tres partidos de Suiza y tratamos de sacar conclusiones”, manifestó.

El único indicio que dio Sabella para imaginar un equipo con Lavezzi, fue su consideración a propósito de las variantes que le ofrece el delantero del PSG. “La particularidad de Lavezzi, en el caso de que juegue, es que puede jugar de delantero o volante por derecha. Podemos usar dos esquemas con el mismo jugador”, adelantó. Por último, el entrenador nacional admitió que los jugadores practicaron penales. “Ayer (por el domingo) se quedó un grupo de muchachos practicando penales pero una cosa informal, porque a la hora de patear no es lo mismo patearlo en ese momento, donde juega como factor la pegada y la mente.”