Sábado, 20 de junio de 2015 | Hoy
DEPORTES › FERNANDEZ, EX JEFE DE GABINETE, SERIA CANDIDATO EN ARGENTINOS
El ex kirchnerista y actual massista se reunió con el presidente de la AFA, Luis Segura, para comenzar a dialogar sobre su posible desembarco en el club de La Paternal. Las elecciones serán en diciembre próximo.
Por Gustavo Veiga
Desde que el fútbol se transformó en un comercio de fervores sentimentales (Dante Panzeri dixit), se sabe que también es una caja de resonancia de la política. Amplifica campañas electorales, contribuye a difundir obras de gobierno y combina la pasión con los intereses económicos. Argentinos Juniors, semillero del mundo futbolístico, no escapa a aquella lógica. Alberto Fernández, el ex jefe de Gabinete que recaló en las filas del Frente Renovador y reconocido hincha del equipo, dejó abierta la chance de ser su presidente. Cercano a Luis Segura en la interna del club, da movimientos en ese sentido, aunque las elecciones serán recién en diciembre. Mantuvo una reunión con el máximo dirigente de la AFA en el despacho que ocupaba Julio Grondona, manifestó su deseo de involucrarse en la institución de La Paternal desde cualquier cargo, y tratándose de un político con experiencia, su propósito no pasa inadvertido.
El 21 de mayo, Fernández se juntó en la AFA con Segura, su hijo Luis Fernando Segura –que saltó sin escalas de vocal suplente a vicepresidente 1º de Argentinos– y Gonzalo Lema, el secretario de Hacienda de la comisión directiva y ex funcionario de la Defensoría del Pueblo porteña. Aunque no trascendieron los motivos del encuentro, los que conocen al detalle la vida interna del club lo deducen: dialogaron sobre el futuro de una fórmula oficialista. En declaraciones al programa ¿Cómo te va? que conduce el periodista deportivo Marcelo Benedetto, Fernández entregó algunas definiciones sobre el papel que está dispuesto a jugar.
“Yo no quiero fundar nada. El que venga quiero que cuide lo que hizo Segura”; “Es una enorme responsabilidad ser presidente de Argentinos Juniors” y “Me encantaría proponer desde el lugar que me quieran dar pero me gustaría involucrarme”, fueron sus frases más políticas. También mencionó su “gran admiración por Pipo Gorosito”, el actual técnico; dijo que “Borghi fue un grande y uno tiene que reconocérselo” y agradeció que “Riquelme se puso el equipo al hombro y nos devolvió a Primera”.
Quedó muy claro con quién se identifica Fernández en la interna partidaria: el oficialismo que lidera Segura. Y recordó que siempre ayudó al club y lo va a seguir haciendo. También resulta muy evidente que su eventual protagonismo en Argentinos Juniors difícilmente lleve agua para el molino de Massa. El candidato del Frente Renovador cae cada vez más en la intención de voto para presidente de la Nación.
Segura (h) quiere que Fernández se sume a su sector político: “Siempre le he dicho que sería muy bueno que pueda colaborar en Argentinos desde el lugar que sea. El tiene mucha capacidad para gestionar, para administrar y para manejar las cosas que maneje. Mentiría si digo que no reconozco que permanentemente le digo que vaya al club para aportar”, dijo al programa partidario Pasión Paternal. El ex kirchnerista y actual massista va con más frecuencia a la cancha desde hace un tiempo, según el hijo del presidente. Pero el problema de Argentinos no es tanto cómo juega el equipo –pese a que marcha 15º en la tabla de posiciones, justo en la mitad– y sí cómo marcha su economía.
Con nueve meses de retraso, la asamblea de representantes aprobó el balance del ejercicio 2014 el 31 de marzo pasado, con un pasivo exigible de 106.573.832,25 pesos. Hoy la deuda ya alcanza los 121.550.135,84 pesos, según cifras oficiales. En 2013 ascendía a 73.251.958,58. Hace dos años, el secretario de prensa del club, Leonardo Legnani, reivindicaba en la página oficial la larga gestión de Segura: “En estos once años al frente de la institución, nuestro presidente trabajó mucho para llevar a Argentinos Juniors a ser un club serio, respetado y reconocido por todo el ambiente futbolístico”. Y daba como ejemplo que “se logró la estabilidad económica y administrativa. Un club funciona bien cuando todas las patas están bien”.
La agrupación opositora De Paternal Vengo sostiene algo muy distinto: “El desafío no va a ser fácil, por lo que habrá que diseñar un plan de acción muy inteligente para poder paulatinamente resolver el día a día y cancelar el tremendo Pasivo, calculado hoy en aproximadamente 150.000.000 de pesos”. Desde ese sector le recuerdan a Segura que “en el año 1981 al ser derrotado en las elecciones que se realizaron para gobernar la institución, y abriéndose un proceso de investigación sobre su gestión, procedió a renunciar a su calidad de socio en forma indeclinable”. O sea, le recuerdan que hizo el peor gesto sentimental que puede reprochársele a un hincha que paga la cuota social. Que abandonó el club.
Eran tiempos en que el genocida Carlos Suárez Mason controlaba la institución, y el actual presidente de la AFA ocupaba la vicepresidencia de Argentinos Juniors. Si es cierto –como dice Legnani– que Segura “avaló con su patrimonio” los fondos conseguidos para hacer la cancha que estaba a medio terminar y la parte construida que no había sido pagada, también es cierto que durante el régimen cívico-militar compareció junto al ex general en un juicio (el expediente Castagneto-Marini contra la Municipalidad de Buenos Aires), en el cual se logró mantener el predio donde actualmente se ubica el estadio Diego Maradona.
Como fuere, si en sus distintas etapas como dirigente –en democracia y en dictadura–, Segura resultó clave en algunas gestiones, ya forman parte del pasado. El presente, según otra agrupación opositora que se escindió del oficialismo, Argentinos Crece, muestra “una gestión dentro de este ejercicio que fue desastrosa, con un descenso incluido”. Por eso, sus representantes votaron en contra del último balance. Argumentan que quienes levantaron su mano para aprobarlo, “en lugar de defender los colores de nuestro club, defienden nombres, amiguismo, poder y abuso de poder”.
Con este panorama se encontraría Fernández que, como su jefe político Massa, también podría ser presidenciable pero en el club de sus desvelos. Fernández aspira –como ya declaró– a que el próximo presidente que suceda a Rubén Forastiero (es el vice 2º y reemplazó al actual titular de la AFA en julio de 2014) “cuide lo que hizo Segura”. Quizá sea él su futuro cuidador.
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