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“En todo hay que poner pecho y corazón.” De físico estilizado y musculoso, Henry “Esencia” Polanco es el actual campeón sudamericano súper welter. Nacido en Santo Domingo, República Dominicana, hace 24 años, habla poco pero pega mucho. Y lo poco que dice suena a confesión honesta. Fue peón de carga, trabajó en seguridad y a los 10 años se calzó unos guantes por primera vez. Admira a Floyd Mayweather, pero sueña con tener su propio estilo. Dice que todo lo que sabe del boxeo lo aprendió en la Argentina, adonde llegó detrás de un sueño en abril de 2011.

Al llegar recorrió muchos gimnasios y recaló en GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires), donde comenzó a entrenar bajo la mirada de Catalino Pereira y Mariano Carreras, ex campeón mundial medio mediano. Los pasos iniciales en la actividad lo llevaron a combatir en más de 70 peleas amateur. Tan bien le fue que lo convocaron para representar a la Argentina en la World Series Boxing, integrando el equipo juvenil de Los Cóndores en Kazajistán.

Su debut en el profesionalismo se produjo el 19 de septiembre del 2014. Rápidamente le llegó la posibilidad de acceder a una pelea por un título continental. Y no la desaprovechó. El 9 de enero pasado le ganó por puntos en el club Sportivo Belgrano de Oliveros, Santa Fe, a Andrés Amarilla y se consagró campeón sudamericano.

–¿Cómo definís tu estilo?

–Tengo mi propia forma. Uno solo puede copiar de aquellos a quienes admira un 60 o 70 por ciento, pero para perfeccionar lo propio.

–¿Quién es tu boxeador preferido?

–Me gusta Floyd Mayweather, inteligente, astuto, pelea, pega, hace su trabajo sobre el ring como tiene que ser.

-¿Cuáles son los aspectos salientes de tu técnica?

–Me gusta caminar el ring, pegar y que no me peguen. Tengo la mano un poco pesada, no como Maidana ni como Tyson, pero cuando pego la sienten.

–¿Tenés proyectos?

–Pelear con el que venga. Adquirir experiencia. El único método para llegar es entrenar.

–¿Cómo te sentís siendo campeón sudamericano?

–Igual. Pienso que los amigos me quieren, soy un agradecido de la vida. Soy franco, transparente aunque sea negro.

–¿Sos negro o transparente?

–Bueno (risas)... soy negro y transparente. Nunca me voy a olvidar de los que me ayudaron.