Boca se entrenó ayer con vistas a una de las semanas más ajetreadas que tendrá en este comienzo de temporada. De la práctica en el Complejo Pedro Pompilio no participaron Carlos Tevez ni Andrés Cubas, a quienes se los preservó por molestias físicas menores, aunque sus inclusiones para la visita de mañana a Deportivo Cali, en Colombia, en el inicio del Grupo 3 de la Copa Libertadores, no está en duda.

Otra de las bajas en el conjunto de Rodolfo Arruabarrena será Daniel Osvaldo, con una fractura en la falange del quinto dedo del pie derecho sufrida ante Atlético Tucumán, en el partido que el equipo de la Ribera perdió por 1-0. El delantero que dejó el fútbol portugués para cumplir su sueño de volver a compartir vestuario con Carlitos ni siquiera formó parte de la delegación que partió hacia tierras cafeteras ayer a las 23, en un vuelo charter. Sí abordaron el vuelo, aunque con lesiones que les impedirán estar a las órdenes del Vasco en el partido de mañana, tanto el volante central Christian Erbes como el delantero Christian Pavón.

Una vez instalados en suelo colombiano, los jugadores xeneizes harán hoy por la tarde el reconocimiento del campo de juego sede del encuentro, que se realizará a las 21.45 y sin público. Seguramente después de cumplimentada esa rutina se definirá la formación titular de Boca, que probablemente no tenga cambios respecto de la presentación del sábado último en la Bombonera. El equipo formaría con Orion; Molina Lucero, Díaz, Insaurralde, Silva; Gago, Cubas, Bentancur; Lodeiro; Palacios y Tevez.

Previo a este debut internacional, en el Grupo 3, que también integran Bolívar y Racing, Boca no tuvo el rendimiento que hacía soñar la calidad de los integrantes de su plantel. Dos derrotas consecutivas en los clásicos de verano ante River, un fracaso estrepitoso en la Supercopa ante San Lorenzo y, para peor, un inicio irregular en el campeonato de Primera División calaron hondo en el mundo boquense e hicieron dudar acerca de la continuidad de Arruabarrena. Sin embargo. los triunfos consecutivos ante San Martín de San Juan y Newell’s aportaron algo de tranquilidad, aunque cada partido se transforma en una prueba para el entrenador.

Mañana, el estadio de Palmaseca será el escenario adecuado para saber si prevalece la localía de Deportivo Cali o si Boca profundiza su recuperación y da rienda suelta al hambre de revancha con que llega a la Libertadores tras la bochornosa eliminación del año pasado, cuando sus hinchas agredieron con gas pimienta a los jugadores de River en el entretiempo del cotejo por los octavos de final.

Tras el partido, el equipo de Arruabarrena volverá inmediatamente a Buenos Aires, ya que el calendario local no da respiro y el domingo será tiempo de visitar Avellaneda para enfrentar desde las 19.15 a Racing, por la quinta fecha del torneo de Primera División.