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El yachting se ha convertido en las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos en la disciplina que más alegrías le entregó al deporte argentino. Las dos medallas de plata logradas por Carlos Espínola en Atlanta ’96 y en Sydney 2000, más las de bronce logradas por Serena Amato y la dupla Conte-De la Fuente en Australia motivaron que el deporte náutico sea mirado de otra manera a partir de esos logros. Por eso, de cara a los Juegos de Atenas, el yachting promete otra actuación importante. Y dentro de esa situación, la actualidad de Santiago Lange y Carlos Espínola en la clase Tornado es la que mayor expectativa genera, ya que ambos son campeones del mundo en la especialidad.
“En nuestra clase hay 6 o 7 equipos con posibilidades de ganar, pero si en determinado día, quince que toman parte de la prueba están inspirados, cualquiera de ellos puede aspirar a una medalla. Nosotros hemos trabajado de la mejor manera para llegar a los Juegos, pero sabemos que no va a ser fácil”, señaló Lange, que participará por cuarta vez en los Juegos Olímpicos. “Disfrutamos de este desafío. El secreto es que somos conscientes de que hacemos lo que está a nuestro alcance y pensamos en el día a día”, indicó el deportista, que tiene en claro las chances con las que cuenta. “A nosotros nos conviene que haya variedad de condiciones porque estamos preparados para eso. Por ejemplo, no somos favoritos si la competencia se corre con poco viento”, aseguró Lange.