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El panorama de Racing es cada vez más negro. En otro flojo partido, el equipo de Avellaneda empató 0-0 con Quilmes y estiró todavía más su histórica racha negativa. Ya son 10 partidos sin victorias, con ocho caídas y dos empates. Para colmo, la hinchada se fue de la cancha a gritos e insultos contra el gerenciador, Fernando Marín, y contra los jugadores.
Muy pobre fue lo que exhibieron ambos equipos. Entre las urgencias de Racing y la mezquindad de Quilmes, el partido resultó muy aburrido, con muy pocas llegadas a los arcos y casi sin acciones lucidas. En ese contexto, el conjunto de Rivarola pareció algo mejor, al menos con mayor ambición de ataque. Sin embargo, le faltó profundidad para sacar alguna ventaja.
Con el correr de los minutos, el trámite se tornó cada vez más monótono. Recién sobre el cierre de juego, Quilmes se animó más y estuvo muy cerca de ganarlo, pero Lucchetti –reemplazante del lesionado Cuenca– le tapó en gran forma un remate a Caneo. Más allá de esa llegada, el empate resultó justo, ya que ninguno de los dos pudo cristalizar suficientes méritos como para llevarse el triunfo. Así llegaron al final previsible, con los hinchas de Racing culpando a Marín, titular de Blanquiceleste SA, por la pobrísima campaña.