DEPORTES › RIVER Y BOCA EMPATARON 0-0 EN UN SUPERCLASICO QUE NUNCA TERMINO DE SOLTARSE
Al final se quedaron en simples amagues
La enorme expectativa del partido no tuvo su correlato con lo visto en Mar del Plata. El equipo de Astrada resultó mejor durante casi todo el juego, pero no tuvo precisión para definir. Los de Benítez fueron superados y apostaron todo a Palermo.
Se fueron en amagues. En un superclásico que en varias ocasiones pareció encenderse, tanto en lo futbolístico como en los roces, River y Boca se quedaron simplemente en eso y terminaron conformándose con un empate 0-0, que no dejó lastimados. El equipo de Leonardo Astrada fue superior durante gran parte del encuentro, aunque no tuvo precisión para definir y quedarse con el triunfo. Con menos juego, Boca también tuvo algunas chances para ganarlo, siempre con Palermo.
De arranque, River enseguida dejó en claro que su intención era apoderarse de la pelota y jugar en campo adversario. Por el contrario, la idea de Boca parecía ser esperar en su terreno, para sorprender con las llegadas por el costado de Barros Schelotto. Y por esa vía, el equipo de Benítez estuvo a punto de abrir el marcador, cuando el Mellizo recibió de Vargas por la derecha y envió un centro pasado para la entrada de Palermo, que empalmó la pelota de zurda y sacudió el travesaño de Costanzo.
Pero por más que Boca había tenido la chance más clara, la mejor impresión la dejaba River. Con la dinámica de sus volantes, que superaban con amplitud a sus rivales, el conjunto de Astrada empezó a dominar el desarrollo, aunque en esos primeros minutos sin demasiada claridad ni llegadas sobre el arco de Abbondanzieri. Apenas se podía contabilizar un remate de lejos de Domínguez, que el arquero sacó por un costado.
Ausentes los mediocampistas y con los laterales muy contenidos, Palermo y Barros Schelotto quedaban muy aislados arriba. Es por eso que Boca no tenía la pelota y sólo podía limitarse a defender. Ni siquiera podía pensar en agredir en ataque. Por el contrario, River lucía más compacto, con más movilidad y con mejores actuaciones individuales. Por eso no sorprendió que comenzara a generar situaciones de riesgo y que en dos ocasiones estuviera a punto de abrir el marcador. Sin embargo, primero Sand y luego Patiño desperdiciaron las dos posibilidades más claras cuando no supieron definir ante dos centros desde los costados. Pero como River no logró convertir en sus mejores pasajes, sobre el final Boca consiguió emparejar el desarrollo, más allá de que a esa altura eran claros los merecimientos de su adversario para estar en ventaja.
El panorama del partido no se modificó mucho en la segunda parte, ya que River mantuvo su insistencia en ofensiva y Boca siguió con una postura excesivamente pasiva. Su único recurso en ataque eran las corridas de Guillermo para habilitar a Palermo, que se las tenía que arreglar solo entre los centrales rivales. Así el delantero tuvo dos chances, pero no pudo definir bien. River respondió con tres disparos de lejos de Sambueza, Fernández y Patiño, que Abbondanzieri salvó en gran forma. Aun con menos claridad que en la primera parte, River seguía siendo más incisivo y contaba con las ocasiones más propicias. Recién sobre el final y con los cambios, Boca se mostró más suelto, aunque ya no tuvo tiempo para cambiar la historia. En definitiva, los dos terminaron yéndose conformes con el empate en un clásico con gusto a poco.
BOCA 0
Abbondanzieri; Baiano, Schiavi, Traverso, Matellán; Cagna, Cascini, Guglielminpietro, Vargas; B. Schelotto, Palermo.
DT: Jorge Benítez.
RIVER 0
Costanzo; Ahumada, Gandolfi, Tuzzio, F. Domínguez; Patiño, Mascherano, Zapata, Sambueza; G. Fernández, Sand.
DT: Leonardo Astrada.
Estadio: José María Minella.
Arbitro: Héctor Baldassi.
Cambios: 64m Scarione por Guglielminpietro (B) y Abelairas por Sambueza (R); 70m Delgado por Barros Schelotto (B); 78m Escalada por Vargas (B); 83m Ledesma por Mascherano (R).