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“Estamos para ser campeones de la Davis”, reafirmaron los integrantes del equipo argentino, los tenistas David Nalbandian y Guillermo Coria, y el entrenador Alberto Mancini, al arribar ayer por la tarde a Ezeiza luego de vencer a los australianos en cuartos de final. “El equipo puede variar tal vez en los nombres, pero no en el rendimiento. Estamos todos en un nivel parejo y con ganas de quedarnos con la Copa”, sostuvo Nalbandian. La Argentina llegó una sola vez a la final de la Davis, en 1981, con Vilas y Clerc, y la perdió contra los Estados Unidos en Cincinnati. Para Coria, “lo que se vivió en Australia fue increíble. Estaba como loco”. El capitán Mancini sostuvo que “Eslovaquia, el próximo rival, se presenta como una eliminatoria menos complicada que Australia”, en una charla que le concedió a la agencia DyN.
–¿Se imaginaba sinceramente el 4-1 cuando salió de Buenos Aires?
–Yo confiaba en el triunfo. Creíamos que la serie iba a ser más cerrada. La verdad es que desde que Nalbandian entró a la cancha el sábado no perdimos más un set. La solidez demostrada es fenomenal. Me tranquiliza como capitán, obvio. La actitud de todos los chicos me hace soñar con llegar lejos en esta Copa Davis, juguemos donde juguemos.
–En el fútbol se habla de que el porcentaje del técnico es del 30 por ciento, en las buenas y en las malas. ¿Cuál fue el suyo en esta serie?
–No me gusta poner porcentajes. En realidad me cuesta ver los límites en ese aspecto. Esto es un equipo. Los cinco. Martín Rodríguez y Gastón Etlis no jugaron, pero siempre colaboraron. Siempre con una sonrisa. Sin retacear energías. Etlis, inclusive, tuvo una actitud increíble al trabajar con Mariano Puerta algunos aspectos del dobles en los que lo había visto flojo. Ese es el mejor ejemplo de equipo. Yo tomo las decisiones finales, pero hay un equipo atrás que me ayuda a ver las cosas.
–¿Lo sorprendió ver una versión tan floja de Hewitt en el final?
–Creo que sintió la presión de haber perdido el dobles. Para ellos fue durísimo. Estaban convencidos, antes de empezar, de que tenían el dobles en el bolsillo. A Lleyton le pegó durísimo eso. Lo sintió. Y en el final se encontró con Nalbandian que, por momentos, lo arrolló.
–¿Argentina es candidato a ganar la Davis este año?
–Con esta victoria, obviamente que sí. Quedamos cuatro y todos tenemos las mismas chances de ganar. No somos menos que nadie, aunque vayamos de visitantes siempre. Era muy adverso para nosotros venir a Australia a jugar en pasto, pero de la forma en que se ganó nos va a dar un plus como equipo, como unión. Una fuerza adicional.
–¿Cuál es su primera impresión del match contra Eslovaquia que se jugará en dos meses?
–Es un partido difícil, pero las chances son mayores que en Australia; aunque es complicado. Depende mucho de la superficie que pongan ellos. No me extrañaría que fuera carpeta y bajo techo. Tienen dos jugadores como Dominik Hrbaty y Karol Beck que no sólo juegan bien la Davis, donde tienen buenos records, sino que lo hacen muy bien en canchas rápidas.
–Más allá de su experiencia como jugador y coach, ¿se recibió de capitán de Copa Davis con la formación del dobles?
–No creo. En realidad estimo que nunca se termina de aprender a ser capitán. A veces acertás y otras no. Arriesgamos y ganamos. Esta vez me tocó acertar con la formación del dobles. Tal vez haya aprobado una materia, ¿no?