“No sé si revancha es la palabra adecuada.” La frase pertenece a Gonzalo Vargas, el goleador de Gimnasia en el torneo pasado, y sintetiza el sentimiento que reina en el plantel del subcampeón del Apertura durante la pretemporada que está realizando en Mar del Plata. “A ninguno de los jugadores nos quedó una espina clavada ni nada por el estilo. Dimos todo por alcanzar el título, pero desgraciadamente no alcanzó. Boca ganó bien los partidos finales y fue un justo campeón. Más que revancha, el Clausura representa para nosotros una nueva chance”, comentó el delantero, que en el diálogo con Página/12 se ilusionó con repetir una campaña como la del semestre pasado, incluso aunque tenga menos protagonismo personal.

–¿Ya pasó el trago amargo por la oportunidad perdida?

–El ánimo del plantel es el mejor. Empezamos el año con las mismas ganas, o incluso más, que en el receso anterior. La idea del cuerpo técnico y los jugadores es esforzarnos para repetir lo conseguido en el Apertura y, de ser posible, superarlo.

–¿Priorizarán el campeonato o la idea principal será clasificarse a las copas?

–Una cosa trae la otra. En ese sentido, la motivación para este año podría decirse que es superior a la del receso anterior, porque somos conscientes de las grandes chances que tenemos de participar en alguna de las copas que se jugarán la próxima temporada. Los jugadores y el cuerpo técnico sabemos la importancia que tendría para el club conseguir la clasificación para alguno de estos torneos y, por tal motivo, el compromiso es total. La idea básica es poder alcanzar el despliegue físico que caracterizó a Gimnasia en el torneo anterior.

–¿Cómo fue la respuesta de la gente luego del último partido con Banfield?

–Antes de ese encuentro, la gente nos paraba por la calle y nos pedía el campeonato. Cuando terminó ese partido, recuerdo que la gente nos aplaudió y ése fue el mejor reconocimiento. Pero lo más curioso sucedió después: parecía que todos los hinchas se habían puesto de acuerdo para agradecernos a cada uno de nosotros cuando nos encontraban por las calles de la ciudad. Por eso es que tenemos las mismas ganas de hacer las cosas bien o incluso más que antes.

–¿Cuáles son las metas personales para este Clausura?

–Cuando un goleador convierte, crece en confianza. Por eso, luego del partido con Central –anotó tres goles–, mi juego creció. Pero no quiero quedarme con lo que hice. En este torneo volveré a dejar todo para mejorar la marca de goles de 2005. Si bien prefiero que al equipo le vaya mejor que a mí, el inicio de un nuevo campeonato renueva automáticamente la motivación a cada uno de los jugadores. La verdad es que ahora tengo más ganas de triunfar que cuando pisé Argentina.

–¿Cómo definiría a Troglio como entrenador?

–Su mayor virtud es, sin dudas, ser una gran persona. Más allá de todas las cualidades que posee como entrenador, que no son pocas, yo prefiero siempre rescatar el aspecto humano y, en ese sentido, Pedro es un gran hombre. A nivel profesional, el manejo de grupo que tiene es su mayor fuerte. La marca más grande que tengo de él fue luego del empate ante Banfield, cuando en medio del vestuario nos agradeció el esfuerzo realizado.

Entrevista: Carlos Altea.