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Después de 26 años, un argentino vuelve avanzar a los cuartos de final de Wimbledon: el cordobés David Nalbandian alcanzó esa instancia en el tradicional torneo londinense al igual que lo hiciera Guillermo Vilas, en 1976. El unquillense Nalbandian, 32º del ranking, continuó con su paso firme en el tercer Grand Slam de la temporada, al derrotar 6-4, 7-6 (7-4), 2-6, 7-6 (9-7) al australiano Wayne Arthurs, tras dos horas y 44 minutos de partido. Con esta victoria, el cordobés mejorará, al menos, diez lugares y el próximo lunes figurará entre los lugares 21º y 23º del ranking internacional. Nalbandian, ganador en Estoril en esta temporada, irá ahora por un lugar en las semifinales ante el ecuatoriano Nicolás Lapentti, quien derrotó al francés Arnaud Clement por 3-6, 7-5, 2-6, 7-5 y 6-3.
Nalbandian afirmó que se tomó la victoria “con mucha calma” y, aunque se sintió orgulloso, no admitió que se lo comparase con el gran Guillermo Vilas. “No hay punto de comparación –dijo Nalbandian–, es muy lindo para mí estar en cuartos de final”, reconoció el tenista argentino.
Un quiebre en el parcial inicial le alcanzó al argentino para alzarse con el primer set, mientras que en el segundo ambos jugadores se mostraron muy seguros con sus servicios, y por esto debió definirse en un tie break, que terminó favoreciendo al cordobés.
El tercer set fue de un amplio dominio por parte del australiano. Fue el momento en el que el servicio de Arthurs se volvió indomable –hizo 35 aces en todo el encuentro– para el jugador dirigido por Gabriel Markus. En el desempate del cuarto parcial, hasta donde llegaron tras retener cada uno su servicio –al argentino le costó más hacerlo en esa parte del encuentro–, Nalbandian se mostró muy efectivo con los passings y volcó el tie break a su favor por 9-7.
“Sé que iba a ser un partido así, en el que se iban a jugar desempates y tuve la oportunidad de quebrarle el saque en el primer set”, comentó Nalbandian, quien calificó a Arthurs como “un gran sacador” y apuntó que su “revés” fue una de las claves que le ayudaron a abandonar la cancha por la puerta grande. “Creo que cuando uno se enfrenta a un sacador así, si no se devuelve bien, no se le puede ganar nunca”, indicó, antes de hacer hincapié en la dificultad de la superficie: “El pasto es algo que a los argentinos nos cuesta mucho, porque no estamos acostumbrados”, señaló.
La comparación inevitable con Guillermo Vilas, que alcanzó los cuartos de final en 1975 y 1976, incomodó a un modesto Nalbandian, que se refirió al tenista como “un gran jugador; uno de los mejores de la historia”, y sentenció que entre ambos, todavía, no existe “punto de comparación”.
De su próximo contrincante, Nicolás Lapentti, opinó que el ecuatoriano “es un gran jugador”, y anticipó que su próximo encuentro en cuartos “será un partido muy diferente” del que disputó ayer.
El tenista cordobés no dejó de insistir en que llegó a Wimbledon tan sólo “con la expectativa de ganar uno o dos partidos”, y afirmó: “Eso ya hubiera sido bastante bueno para mí, que soy muy joven y encontrarme en cuartos de final es realmente muy importante”.
Además de Nalbandian y Lapentti, otro latinoamericano que también pasó a cuartos es el brasileño André Sa, que batió 6-3, 7-5, 4-6, 6-3 al español Feliciano López, verdugo de Guillermo Cañas en la segunda vuelta.
También pasaron a cuartos el número uno del mundo, el australiano Lleyton Hewitt (que le ganó a al ruso Mikhail Youzhny por 6-3, 6-3, 7-5) y el holandés Sjeng Schalken (que superó al checo Jan Vacek 6-2, 7-5, 7-5).
En Buenos Aires, el capitán argentino de Copa Davis, Alejandro Gattiker, celebró el triunfo de Nalbandian. “Me parece una victoria bárbara la de David –opinó–. Genial. Esto no hace más que hablar de su crecimiento en el circuito internacional. Fue clave su devolución, algo que ha mejorado muchísimo en el último tiempo. Además, para ganarle a Arthurs, que saca muy fuerte, hay que tener precisión en ese golpe. Este acceso a los cuartos de final en Wimbledon será un mojón en su carrera, sin dudas.” Para Gustavo Luza, entrenador en la Escuela Nacional de Tenis, “el pibe juega fantástico en canchas rápidas. Devuelve excelente y cierra muy bien para adelante, vital para jugar a gran velocidad. Ahora, para seguir avanzando, dependerá de su madurez, porque el tenis lo tiene”.