DEPORTES › ESTA SEMANA PUEDE QUEDAR DEFINIDA LA NUEVA CONTRATACION DEL ENTRENADOR ROSARINO
Bielsa tendrá su revancha en la Selección Argentina
Julio Grondona le dijo a este diario que no hay plan B ni de Bianchi ni de ningún otro técnico. Otra comisión de notables empieza a discutir hoy los detalles del contrato y el proyecto de trabajo con el técnico rosarino: no habrá reunión del Comité Ejecutivo para que puedan viajar a Rosario a dialogar con él. Pekerman ya no va más a trabajar a Ezeiza.
Por Gustavo Veiga
Por Gustavo Veiga
Nadie puede cambiar el pasado, pero sí contarlo al revés. Nadie daba dos centavos por Marcelo Bielsa hasta hace una semana y, sin embargo, ahí está, como el único competidor en pie de la carrera. El camino hacia la resurrección se lo allanó el hombre que tiene la sartén por el mango en el fútbol argentino y, el mango también, desde hace veintitrés años: Julio Grondona. El mismo dirigente a quien sus íntimos elevaron a la categoría de víctima de ciertos desplantes del técnico, ahora reivindicado desde la AFA. Habrá que creerle al presidente cuando dice: “Me pondría muy feliz que acepte”. Esa es la respuesta cantada que ya adivina un triunvirato negociador integrado por José Luis Meiszner, Héctor Domínguez y Julio Alegre, después que los dos principales protagonistas de esta novela volvieron a comunicarse, a mirarse a los ojos, a dirigirse la palabra. “Es un gesto de personas que han pensado, antes de cualquier otra cosa, que el fútbol argentino está por encima de todo”, certificó el propio Grondona. Quien, como para que nadie dude de sus palabras, hasta desmintió que tuviera un plan B, con be de Bianchi. “No acostumbro a tener más que un solo plan, ése será el que puedan pensar algunos otros, yo no”, dijo a Página/12 después del encuentro, cuando el entrenador en el último Mundial volvía a sentirse feliz en Rosario, según su alter ego y hermano mayor, Rafael Bielsa.
Si esta novela no avanzó hacia su epílogo es porque todavía el técnico no difundió su pensamiento por sí mismo. Grondona, en cambio, ya hizo lo suyo. Dio un paso adelante que hasta tomó desprevenidos a quienes mejor lo conocen. “No hablé con él, pero estoy sorprendido”, confesó Eduardo Deluca, al día siguiente de que en la AFA recobró fuerzas un segundo ciclo del entrenador.
“No me cierra por ningún lado”, agregó otro hombre cercano al presidente. El dirigente no quiso dar precisiones sobre el lugar del encuentro, pero confirmó que dialogó con Bielsa sin arrogarse la iniciativa de la reunión o conversación telefónica.
Asimismo avanzó cauteloso hacia el futuro y con el afán de resguardarse:
–No quiero que haya ni un sí ni un no conmigo. Porque no estoy en condiciones de responder por las condiciones económicas de un país anormal. Esta es otra época. No puedo asumir una responsabilidad. Mi palabra, con los locos que hay, no sirve para nada...
–¿A qué locos se refiere? –fue la repregunta. Grondona hizo una pausa y agregó:
–Si a vos te cierran un banco y la plata no te la dan, ¿qué es eso? Hay hechos que no están a mi alcance. Si un dólar se va de 1 peso a 1,40 está fenómeno, pero si pasa de un peso a cinco, no. Entonces, ¿cómo vamos a hacer?
Es aquí, en el espinoso terreno de los números, donde tallará, presumiblemente a partir de hoy, la comisión de Meiszner, Domínguez y Alegre. “Vamos a hablar desde lo económico hasta del proyecto”, dijo este último.
Sin embargo, otras eran las frases que se escuchaban apenas Argentina quedó eliminada en Japón. “Tuvo la suma del poder”, “le hizo perder dinero a la AFA cuando se negó a jugar ciertos amistosos”, sonaron como pases de factura hacia el técnico.
Esos mensajes contienen los cabos sueltos de esta historia. Apuntan al proyecto de trabajo, la médula de un entendimiento que, a juzgar por los allegados a Bielsa, relega a un segundo plano la discusión sobre la deuda (en dólares hasta el 2001, en pesos desde este año) y el futuro contrato en devaluada moneda nacional.
Los tuyos, los míos, los nuestros
Hay integrantes del cuerpo técnico que se desempeñó en estos últimos cuatro años que no están firmes en su puesto de trabajo. No en vano, el nombre de Luis Bonini, el preparador físico, apareció como centro de algunos cuestionamientos. La contracara de Bielsa –por su comunicación, contención y modo de relacionarse hacia adentro y afuera del grupo– ha sido depositario de un recado que genera incertidumbre. Alguien lo dejó allí y, por ahora, no se hace cargo.
En sintonía con esta versión, se escucha desde hace unos días el nombre de Gabriel Macaya, quien acaba de terminar su tarea como preparador físico del seleccionado paraguayo. Desde Asunción, adonde viajó la semana pasada para entregar un informe final a las autoridades del fútbol local, dijo que nadie había conversado con él sobre la posibilidad de integrarse al grupo de colaboradores que volvería a liderar Bielsa.
Macaya es un viejo conocido del técnico. Lo acompañó en su paso por Vélez, en la temporada 1997-1998, donde salieron campeones y luego, mientras él permanecía en Liniers, el rosarino viajó a Barcelona para hacerse cargo del Espanyol. Fue en ese momento que Bonini se cruzó en el camino de Bielsa y, desde entonces, siguieron juntos hasta hoy.
El porvenir del profesor no es el único amenazado por los rumores de cambios. Durante la conversación telefónica que mantuvo este diario con Grondona, el dirigente no descartó que pudiera haber cambios en el área de selecciones juveniles que acaba de quedarse sin su principal conductor. “Le hablé a Tocalli para decirle que, sí se iba José (Pekerman), estaba de acuerdo en que quedara él. Ahora, los demás no sé, los demás veremos. Porque ahí el que manda es Tocalli...”
Es irrefutable que, con el alejamiento del director de selecciones nacionales, el fútbol pierde a un hombre vital en una estructura clave y la AFA al interlocutor que tenía para comunicarse con Bielsa. Por tanto, superado el distanciamiento que mantenían Grondona y el entrenador rosarino, quizá una de las cosas que más se note tras la salida de Pekerman sea la pérdida de sustento de un proyecto que a él lo tenía como abanderado: la constitución de un plantel Sub-23, más o menos estable, nutrido de los jugadores que se desempeñan en el país.
¿Bielsa estará dispuesto a respaldar esa idea? Sus antecedentes indicarían que no. Porque optó casi siempre por los futbolistas que pertenecen a clubes del exterior. Pero, ahora, se topará con una dificultad insoslayable. El presupuesto para la Selección se achicará, al menos, hasta nuevo aviso. Esa política incluye desde su futuro sueldo –a tono con el medio local y con lo que cobran Pellegrini en River y Tabárez en Boca– hasta los pasajes en clase ejecutiva que la AFA siempre abonó, a razón de 6 mil dólares por jugador, en cada oportunidad que el Seleccionado disputó partidos por las eliminatorias o en los ocasionales amistosos.
Después del affaire que protagonizó por sus declaraciones contra Gabriel Batistuta y Hernán Crespo, resulta difícil imaginarse a Claudio López regresando desde Italia convocado por el técnico para jugar un encuentro. Si el episodio que involucró al propio Bielsa con José Luis Calderón en 1999, tras la Copa América en Asunción, le costó la cabeza al delantero en la Selección por ventilar los trapos sucios, lo lógico sería que con López suceda otro tanto.
Al lado de estas cuestiones, parece menor que se cierre el predio de Ezeiza un par de días a la semana, cuando ya sucede eso en la práctica. Los sábados y domingos, la actividad es casi nula. Por ahora, sólo dos preselecciones juveniles practican allí de lunes a viernes bajo la atenta mirada de Hugo Tocalli y Miguel Angel Tojo. Además, ni siquiera el propio Bielsa se desvivía por pasar sus horas de trabajo en el lugar, ya que apelaba también al ambiente bucólico de una estancia próxima a Rosario o a su residencia en aquella ciudad, donde ha vuelto a ponerse en movimiento junto a su grupo de colaboradores más íntimo.
Cuando un amigo se va
Grondona sostiene que no lo tomó desprevenido el renunciamiento de Pekerman. “A mí no me sorprendió. El trajín lo desbordó a él, física y mentalmente, durante estos ocho años de trabajo. Noté que no estaba a gusto y no podía obligar al amigo a que se quede. Estaba cansado, estresado, ésa es la realidad. Yo siento tristeza de que se vaya...”, comentó el presidente de la AFA. El técnico que se consagró tres veces campeón mundial con equipos menores de 20 años ya abandonó su función de director de selecciones nacionales. Desde hace una semana no se lo ve por el predio de Ezeiza. Su contrato finaliza el 30 de septiembre, aunque para Grondona lo mismo da: “Cuando quiera se puede ir porque, para mí, Pekerman, particularmente, no se aleja. Porque si yo tuviera que averiguar algo, al primero que iría a buscar es a él”.
En el entorno del entrenador sí se sintieron extrañados por el desenlace. Donato Villani, el médico del plantel que lo acompañó desde el Mundial Juvenil de Qatar en 1995, dijo que se enteró la noche del martes pasado, por la radio, mientras manejaba su auto. “Jamás había hablado con nosotros del tema”, le informó a este diario.
Pekerman escogió el silencio como compañía y, en la actitud, se aproximó a Bielsa. Sin embargo, todo lo que tenía para decir se lo expresó a Grondona en aquella reunión de hace un par de semanas, cuando señaló la necesidad de respaldar a quien él había llevado al Seleccionado. Si no aceptó la propuesta de suceder en el cargo al rosarino, todo indica que privó el ajetreo de ocho años de labor y, además, su postura ética. No podía reemplazar a quien él recomendó. Eso es lo que hicieron deslizar desde su intimidad.
Ojalá que la enseñanza de esta historia se vincule con una convicción de los hombres para seguir asociados, más allá de la decepción que ocasionó el Mundial. Sería como un efecto balsámico entre tanto exitismo y palabrería hueca. Suponer lo contrario, equivaldría a pensar que se optó por un atajo, que lo hecho durante cuatro años no sirvió de nada y que Bielsa encarna aquello del mal menor.