ECONOMíA
“El neoliberalismo es una ideología letal”
El cientista social brasileño Helio Jaguaribe considera que, antes que a las presiones especulativas, las turbulencias financieras en su país responden a las debilidades estructurales del modelo aplicado por Argentina y Brasil.
Por Claudio Scaletta
Antes que cargar las tintas sobre la actitud del capital financiero internacional, Helio Jaguaribe opta por analizar las condiciones que genera el modelo de inserción internacional elegido por Brasil. En diálogo telefónico desde Río de Janeiro, el decano del Instituto de Estudios Políticos y Sociales de Brasil dijo a Página/12 que, si bien existen similitudes regionales, la principal diferencia entre su país y la Argentina es que esta última tiene un “parque productivo preindustrial”.
–¿Cuál es su interpretación de las turbulencias que atraviesa la economía brasileña?
–Dentro de Brasil hay dos visiones contrapuestas sobre la crisis. La posición de Pedro Malan y del equipo económico que conduce nuestra política económica considera que se trata de una situación puramente especulativa. Según ella, algunos sectores del capital financiero internacional estarían mirando con mucha suspicacia la posible elección de Lula y, en consecuencia, someten a la economía a un juego de presiones. Por un lado, para atemorizar al electorado a través de un verdadero terrorismo financiero y, por otro, para sacar provecho de la baja de los valores brasileños que luego serán vendidos a precios más altos. Pero hay otra visión que, si bien no desdeña el componente especulativo de la crisis, reconoce que hay una evidente debilidad del modelo de inserción en el sistema internacional.
–¿En qué consiste esa debilidad?
–Brasil necesita anualmente del ingreso de nuevos capitales del orden de los 20.000 millones de dólares solamente para equilibrar su balanza de pagos, y otros 30.000 más para la refinanciación de su deuda externa. A esto se suma el endeudamiento interno resultante de una política de altos intereses dirigida a fomentar el ingreso de capitales. Sólo en intereses esta deuda representa el 35 por ciento de los ingresos fiscales del Estado federal. Ingresos federales que alcanzan al 16 por ciento del PIB. Esto significa mucha plata.
–¿Existe una inviabilidad estructural de corto plazo?
–A mediano plazo, seguro. Necesitamos un modelo más autónomo, que reduzca su dependencia del capital extranjero. En suma, hay que adoptar un modelo que siga el precepto de Aldo Ferrer de “vivir con lo nuestro”.
–¿La escapada del dólar de los últimos días es solamente especulativa?
–La debilidad del modelo no tiene nada que ver con las cotizaciones diarias, aunque estas se inscriban en la tendencia. Es claro que la especulación sobre el fantasma del triunfo de la izquierda está funcionando, con prescindencia de que Lula ya ha dicho que va a respetar los contratos y las obligaciones contraídas.
–¿Considera que existen similitudes con lo sucedido en Argentina?
–Es un poco distinto. Allí las cosas vienen de muy lejos. La crisis de Argentina tiene su raíz en un largo proceso de adopción de políticas neoliberales que empezaron hace 25 años y que fueron elevadas a su culminación con la actuación de Domingo Cavallo. Fue un proceso suicida. Por ideología se privó al país de su parque industrial. Privilegió a su sistema financiero y mercantil en detrimento de su capacidad industrial. Su actual parque productivo es muy primitivo, casi preindustrial. Claramente no es el caso de Brasil.
–¿En qué medida lo que pasa en Brasil responde a causas locales y en qué otra a motivaciones de alcance regional?
–Lo que le sucede a Brasil resulta del hecho de que el equipo económico de Fernando Henrique Cardoso es de tendencia neoliberal. Y el neoliberalismo es una ideología letal para los países emergentes. Sólo le sirve a los Estados Unidos. Ni siquiera es bueno para Europa. Los países adoptaron este sistema por ideología, porque nuestros economistas están formados por universidades estadounidenses. Allí adquirieron una competencia técnica considerable, pero imbuida en la técnica entró unaideología que nos contamina. Yo siempre digo que hay dos ideologías fatales: el comunismo y el neoliberalismo, porque ninguna de las dos aprende de sus propios errores. Si las cosas marchan mal, sostienen ambas, es porque no se radicalizó lo suficiente.
–¿No cree que en América latina también se registra una considerable salida de capitales que, en el contexto de la recesión de los países centrales, dificulta las renovaciones de deuda?
–El régimen neoliberal es un régimen que conduce a una gran alienación de la empresa nacional. El capital extranjero, a medida que ocupa espacios dentro de la economía, repatria sus beneficios obtenidos en moneda nacional en moneda extranjera. Esto representa un sistema de exacción de divisas. Además, demanda insumos del exterior en vez de hacerlo en el mercado doméstico, reduciendo así la capacidad de sustitución de importaciones. Junto con la deuda, aquí están las dos fuentes de fuga de divisas provocadas por el neoliberalismo y las razones de base de los problemas financieros de nuestros países.