No sólo de goles importantes y raros está marcada la carrera de Palermo. También han llegado los emocionantes, como los dos que le convirtió a Banfield en el 3-0 de la primera fecha del Apertura 2006. El Boca bicampeón de Basile estrenaba su título en la Bombonera, pero la presencia del goleador estuvo en duda hasta último momento, por un acontecimiento trágico. El jueves anterior, su hijo Stéfano falleció apenas unas horas después de haber nacido de manera prematura. Pese a ello, Palermo pidió jugar y homenajeó a su hijo con dos tantos. El primero llegó tras un rebote en un defensor y el otro lo consiguió arrojándose al piso ante la salida de Lucchetti. Cuando salió reemplazado, con la Bombonera ovacionándolo de manera conmovedora, no pudo contenerse y llas lágrimas lo invadieron.