DEPORTES
“Esa cosa llorona y simuladora...”
–¿Qué aspectos caracterizan para usted al fútbol argentino?
–Las primeras cosas que se me ocurren son las malas, las mañas. Toda esta cosa entre llorona y simuladora que siempre exhibimos. El Mellizo Guillermo, por ejemplo. Es un tipo de una habilidad extraordinaria que se quedó finalmente en una situación de medio pelo porque es insoportable, es un peligro constante para sus compañeros, incluso para él mismo, porque no para de pelearse y discutir y de sentirse víctima de todas las injusticias que hay por ahí. Pero, quizás, lo bueno de los jugadores argentinos en el mundo sea que no perdieron todavía lo peor que teníamos los argentinos, que era esa suerte de desproporcionada e injustificada confianza en nosotros mismos.
–¿Qué es lo que ve cuando va a la cancha, además del partido?
–Hay un momento que es bárbaro. Uno va caminando por esos pasillos con olor a meo y de pronto atraviesa una puertita muy angosta y entra en una explosión de personas y de color. Eso es algo que me sigue maravillando. También en notable cómo cambia la gente en los distintos sectores de la cancha. En la Bombonera fui algunas veces a la Gorlero –yo llamo así la platea que está debajo de los palcos–, por la avenida principal de Punta del Este, ahí se ve bárbaro pero no me gusta la gente. Son todos nuevos ricos que salen a pasear sus joyas. Eso me molesta. Una vez fui a uno delos palcos, el último y más cercano a la Doce, y me impresionó mucho. La verdad es que no entiendo cómo los de la Doce, que están tan cerca, no los matan a cascotazos.