DEPORTES
Una encuesta sobre la violencia
Por Gustavo Veiga
En diciembre de 2000, la ahora desmontada Comisión de Investigaciones sobre Seguridad en Espectáculos Deportivos, que conducía el ex árbitro Javier Castrilli, redactó un informe pormenorizado sobre distintos aspectos de la problemática que abrazaba y que fue escasamente difundido. Uno de los más interesantes es aquel que aporta datos sobre la violencia y la relación que existe entre los hinchas comunes, las barras bravas organizadas y la policía.
Para ello se recurrió a una encuesta estructurada realizada por la empresa Ibope en diecinueve canchas de fútbol. Se sistematizaron las respuestas de 500 hinchas mayores de 14 años consultados al azar a la entrada de los estadios. Hombres, mujeres, socios, plateístas, asiduos concurrentes o esporádicos, todos estuvieron representados en la muestra. Las mayores diferencias entre los encuestados surgieron entre quienes simpatizan con equipos de Primera y los que siguen a los del Ascenso. Para el 74 por ciento de los primeros, la violencia en el fútbol es bastante o muy alta, mientras que para el otro grupo, el porcentaje de respuestas afirmativas subió a un 81 por ciento.
El trabajo desarrollado por la comisión que dependía del gobierno bonaerense, sostenía a propósito de las barras bravas: “El 30 por ciento de los encuestados cree que la barra protege a la gente, pero mientras que el 40 por ciento de los hinchas del Ascenso opinan que las barras protegen a la gente, sólo el 26 por ciento de los hinchas de Primera creen que esto es así”. En otro tramo de la investigación cuantitativa, se interroga: “¿Qué sucede entre el entrevistado y la barra brava? En primer lugar más del 45 por ciento de la gente se aleja de ellos en lo posible, sólo el 25 por ciento de los encuestados afirma ponerse cerca...”.
Estas conclusiones, aunque provisorias, deberían tomarlas en cuenta ciertos funcionarios políticos y policiales que poco o nada saben sobre el tema. Como por ejemplo, que el 75 por ciento los entrevistados considera que las fuerzas de seguridad no actúan sobre las barras bravas después de producidos los incidentes.