DEPORTES › PROFUNDA MIRADA CRITICA DEL PUBLICO
Heridas que no cierran...
Por Ariel Greco
Qué difícil será recuperar el amor perdido... El partido ante Chile dejó en claro que las heridas abiertas por la eliminación ante Suecia en el Mundial todavía no cicatrizaron. Ni para Marcelo Bielsa ni para Juan Sebastián Verón será fácil reconquistar el afecto de la gente, ya que, por lo visto ayer, los hinchas los responsabilizan de todo lo sucedido en Japón.
Resulta complicado describir el clima que tuvo el Monumental a lo largo de la tarde. Por momentos hubo indiferencia, en otros intolerancia, aunque también existió espacio para algo parecido a la euforia. Todo mezclado, con cantos en favor de River y silbidos de reprobación como respuesta, exigencia de la presencia de Javier Saviola desde el primer minuto del partido y festejos a cada acción de los más nuevos del equipo. Un cóctel que, además, fue variando de acuerdo con los vaivenes del marcador. ¿La mejor muestra? A los 30, con el partido 0-0, desde la tribuna Almirante Brown bajó un amenazante “Y pongan huevos/la p... que los parió”. Un minuto más tarde, Cristian González clavó el 1-0. En la jugada siguiente, desde el mismo sector surgió el “que vamos a salir campeones otra vez/como en el ‘86...”
Antes de iniciarse el juego, ya quedó claro que el reencuentro con el público no iba a ser sencillo ni placentero. Poco menos de 40 mil personas para el debut en las eliminatorias ya marcaban que la expectativa de la gente no era demasiada. Además, en puntos estratégicos del estadio, los hinchas colocaron banderas para expresar su descontento, focalizado particularmente en el técnico y en Verón. “Andate Bielsa”, “Bielsa, enfermo antifútbol” o “Bielsa, no seas cabezón, convocalo a Tevez”, fueron algunos de los mensajes para el entrenador. Más duros resultaron los que le dedicaron al volante del Chelsea. “Verón traidor”, “Verón es inglés” y “Verón vendido” decían los trapos especialmente armados para recibir al volante central ayer.
Con el juego en marcha, el ex Estudiantes y Boca debió soportar silbidos en cada ocasión que recibió la pelota. Por más que tocó de primera el noventa por ciento de las veces, ni así se salvó de los chiflidos. Y casi como en un juego para ver quién inventaba la canción más ingeniosa, el mediocampista argentino se tornó en el centro de los insultos. “Verón, Verón/anda a la p... que te parió”, “borombombom/poné a Saviola/sacá a Verón”, fueron algunos de los cantitos que se escucharon.
Tanta fue la descarga que se dieron situaciones insólitas. Con Argentina ganando 2-0, dominando el juego a placer y con un tiro libre peligroso a favor, de las tribunas bajaban silbidos, sólo porque el remate lo iba a ejecutar Verón. Recién sobre el final del primer tiempo, cuando trabó y ganó ante dos chilenos, el volante se ganó los primeros gritos de aprobación. Ya en la segunda parte, los silbidos se aplacaron. Y cuando Bielsa decidió reemplazarlo, los aplausos superaron a los abucheos, como premio a una actuación muy sólida.
Con Verón ya fuera del encuentro, el foco se centralizó en el pedido por Saviola. Con el 2-2 consumado, la imagen fue de indiferencia. No hubo silbidos, ni insultos, ni aplausos ni nada... Sólo incredulidad. Otra muestra de un tarde extraña, en la que quedó claro que la herida todavía no cicatrizó.