EL PAíS › EL ESQUEMA DE PODER EN EL GOBIERNO
Tres veces tres
El eje Kirchner-Lavagna-Duhalde, por donde se estructura la gobernabilidad actualmente, se verá fortalecido en los próximos días con el acuerdo con el FMI y los resultados electorales. Sólo una derrota en la Capital podría ensombrecer este escenario. Confianza en el Gobierno.
Por Sergio Moreno
“En este país, ahora, el poder y la gobernabilidad pasan por el eje que forman Néstor Kirchner, Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna. En los próximos días los tres van a estar más fortalecidos.” El razonamiento pertenece a un miembro del gabinete nacional, cuyo despacho linda con el del Presidente. El funcionario, un curtido hombre del peronismo, cree que el escenario que vendrá será aún más favorable que el actual para el Gobierno y su partido, aunque, como varios de sus camaradas, atisba un nubarrón: “Creo que en Capital vamos a terminar ganando, por dos o tres puntitos; pero si perdemos va a ser un cachetazo fuerte, y nos van a pasar la primera factura”, dijo, utilizando la primera persona del plural para meterse en la misma bolsa que Aníbal Ibarra.
El supuesto fortalecimiento de cada integrante de la troika a la que hizo referencia el interlocutor de Página/12 tiene orígenes diferentes para cada uno. A Duhalde le favorecerá el escenario electoral de su provincia; a Lavagna el inminente acuerdo con el Fondo Monetario; y a Kirchner ambas cosas, además de los resultados en los otros distritos. Veamos caso por caso.
- Duhalde: el ex presidente parece tener, y se comprobará en apenas una semana, los astros a su favor. El triunfo en su provincia será –según dicen todas las encuestas– arrasador. Si bien su olfato de viejo puntero ha detectado una tendencia al corte de boleta en detrimento de la nómina de diputados nacionales, confía en que finalmente el electorado bonaerense reitere su conducta de cada comicio, remisa a utilizar la tijera. “Esta es una foto de famiglia”, chanceó (o no tanto), Juan José Alvarez la semana pasada, cuando tomaron la instantánea de la lista de diputados rodeando al caudillo. Duhalde ya se siente tributario de un triunfo inmenso, revalorizando sus jinetas como señor absoluto de la comarca. A partir del domingo 14 de setiembre, el ex Gobernador estará listo para instalar a su mujer, Hilda “Chiche” González, como aspirante a la sucesión de Felipe Solá en 2007. Paralelamente, sus centuriones comenzarán a mover sus mesas de arena para depositar al hombre de Lomas de Zamora en la presidencia del PJ.
“El matrimonio Duhalde tiene una estrategia de poder muy clara, y ya está en marcha. Ahora es el turno de Chiche”, comentó a este diario un miembro de la lista de diputados nacionales, que integró el gabinete cuando el bonaerense fue presidente. Según este esquema, Solá quedará atrapado entre las ambiciones de la ex primera dama y la chance de Kirchner de renovar su mandato en 2007. “Es muy apresurado, falta mucho, es cierto, pero Felipe no la tiene fácil. Se debe levantar todas las mañanas pensando que hoy él podría ser el Presidente, no Kirchner. Debe estar arrepintiéndose de no haber aceptado ser el candidato de Duhalde”, cavila la fuente citada anteriormente.
Duhalde expresó varias veces en público su deseo de comandar el peronismo. Kirchner, hoy por hoy, no tiene reparo alguno –ni fuerza propia– para que el bonaerense no vea hecho realidad dicho anhelo. “Duhalde ya tiene estatura suficiente para sentarse en Matheu (la sede del PJ) y nadie se le va a oponer. El menemismo no existe más, Kirchner va a dedicarse a gobernar; Duhalde no tiene obstáculos para ser el presidente del PJ”, categoriza un ministro cuyo cuño lejos está del territorio bonaerense.
- Lavagna: el titular del Palacio de hacienda es el ministro más importante de este Gobierno. Está a punto de cerrar otro acuerdo con el FMI (el primero fue tras el incendio de 2001, en el gobierno duhaldista), esta vez más favorable y cercano a los deseos del presidente Kirchner. El jueves pasado, al mediodía, un miembro del Gobierno le decía a Página/12, exultante: “vamos a cerrar el mejor acuerdo que haya firmado país alguno con el Fondo, y vamos a hacerlo antes del 9 de setiembre”, pasado mañana, cuando vencen unos 3000 millones de dólares de deuda con los organismos financieros internacionales. El ministro, cuya calma en la negociación es proverbial (según dicen quienes acostumbran a tratarlo en esos momentos), será uno de los grandes ganadores de esta negociación. Se fortalecerá aún más en el gabinete, su cada vez más política figura se acrecentará y dará tranquilidad al Gobierno casi hasta el final de su mandato (si es que no media ningún imprevisto y los índices de la economía se encarrilan, más o menos, por los andariveles previstos por el ministro). El otro gran ganador será el propio Kirchner.
- Kirchner: los triunfos de los demás serán tributarios del Presidente. El próximo acuerdo con el Fondo cobrará la forma que el patagónico desea (o no será). La victoria peronista en la provincia será absorbida por el matrimonio Duhalde, que ya ha puesto a correr el reloj de Felipe Solá. Y en las elecciones, hasta ahora, no le fue mal, a pesar de que al PJ no le fue tan bien.
El peronismo perdió Tierra del Fuego, Catamarca y Río Negro. El primer distrito cayó en manos de un radical tres semanas después de la asunción presidencial. “Allí perdió (Carlos) Manfredotti. Si el candidato hubiese sido (Darío) Gallo –el vice de Manfredotti–, que es de Néstor, no perdíamos”, especuló ante este diario un experto del Gobierno en entramados electorales. Para la fuente consultada, Manfredotti “había hecho todos los desastres posibles, como por ejemplo nombrar a casi toda su familia en el gobierno” fueguino, recordó.
En Río Negro fue el propio Kir-
chner quien promovió la derrota de Carlos “el Gringo” Soria. Más allá de la formalidad que implica haberse tomado fotografías electorales juntos, Kirchner tiene con Soria viejas cuitas. Una de ellas proviene de cuando el Gringo fue jefe de la SIDE del gobierno de Duhalde, e hizo perseguir al matrimonio Kirchner en Santa Cruz, episodio que fuera estruendosamente denunciado por la pareja. En las elecciones del domingo pasado, Kirchner alentó a su histórico aliado en esa provincia, Eduardo Rosso, quien obtuvo cerca del diez por ciento de los votos. Soria perdió por menos del tres por ciento. “Los muchachos (del PJ) están enojados con Lupín, más por Miguel Angel Pichetto (que es el jefe del peronismo rionegrino) que por el Gringo”, dijo el contertulio citado antes.
En Catamarca, el triunfo del Frente Cívico y Social se vivió como propio en la Casa Rosada: cada desgracia que sufre Luis Barrionuevo insufla los corazones kirchneristas.
La provincia de Buenos Aires, los seguros triunfos en Jujuy y Santa Cruz, y la paridad santafesina (donde los porotos del Presidente están puestos tanto en el peronista Jorge Obeid cuanto en el socialista Hermes Binner, los únicos que pueden ganar este domingo), son beneficios sin inventario para Kirchner. En Misiones, su candidato Carlos Rovira sigue ganando, aunque Ramón Puerta, aspirante oficial del PJ, apoyado por Duhalde, no se la hace fácil. El miércoles pasado, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, tuvo una tensa discusión con Duhalde, quien sigue siendo su jefe político. Fernández intentó convencer al bonaerense para que intervenga ante Puerta por las zancadillas judiciales que, día a día, pergeña el senador contra su rival. Puerta intentó, incluso, iniciarle juicio político a Rovira, ya que comanda la mayoría en la Legislatura misionera. A saber por los resultados –el juicio político no llegó a buen fin–, parece que Fernández convenció a Duhalde y éste accionó sobre su pupilo misionero.
Sólo un distrito puede amargar el dulce provenir del Presidente, la Capital Federal.
- Los porteños: “En Capital creo que ganamos por un par de puntitos. Eso si la gente va a votar. Si los votantes de Zamora se pegan el faltazo,entonces vamos a tener problemas”. La especulación, hecha ante este diario por uno de los expertos del Gobierno, da cuenta de los temores de la Casa Rosada sobre la elección porteña. Aníbal Ibarra, aliado del Presidente, está apenas arriba en las encuestas que contratan a rolete en el Gobierno. Así lo reconocen en los headquarters de Mauricio Macri. Pero tal diferencia tiene la fragilidad de un lirio o, lo que es lo mismo, equivale al error técnico de cualquier muestreo. “Si Ibarra llega a perder va a ser un cachetazo fuerte (para el gobierno nacional) y nos van a pasar la primera factura”, conjeturan en Balcarce 50.
A Kirchner no le gustan las sorpresas cuando de gobierno y poder se trata el asunto. Esta semana lo veremos junto a Ibarra, apuntalándolo, recordando a los porteños que un votar a Macri es hacerlo en su contra (del Presidente).
En siete días más se verá si la estrategia surtió efecto.