Jue 24.10.2002

ECONOMíA  › PELEA ENTRE LA BANCA NACIONAL Y LA EXTRANJERA POR LOS REDESCUENTOS

Misión abrir los grifos del financiamiento

Lavagna quiere que la banca otorgue créditos al sector productivo. La extranjera no quiere subir su exposición. Entonces, el ministro aceptará la propuesta de la nacional de pagar redescuentos con préstamos garantizados. Así se liberarán recursos para prestar.

› Por David Cufré

El Gobierno pretende incorporar a la Carta de Intención del acuerdo con el FMI una cláusula que autorice a la banca nacional a compensar los redescuentos que recibió del Banco Central con los préstamos garantizados. La banca extranjera presiona ante el organismo de crédito para que la medida no prospere, con el argumento de que sería discriminatorio hacia ella. La respuesta del equipo económico es que los bancos extranjeros tomaron la decisión de no aumentar su exposición en la Argentina, por lo cual se abstienen de elevar la oferta crediticia. Cerca de Lavagna interpretan que a las casas matrices de esas entidades les sobra espalda para invertir en la Argentina, y que si quisieran podrían incluso mejorar su porcentaje de captación de mercado. Frente a ese diagnóstico, la conclusión de la cartera económica es que resulta necesario remover los obstáculos que impiden a la banca nacional mejorar su oferta crediticia.
La cuestión de fondo es la reactivación.
Lavagna está pensando en la economía postacuerdo con el FMI, que a pesar de las dificultades que persisten en la negociación, en el Palacio de Hacienda dan por hecho. Sobre este punto, un colaborador del ministro recordó que en los últimos meses la relación con el organismo pasó de un extremo a otro. “En agosto pensábamos que el acuerdo estaba seguro. En setiembre creímos que se caía definitivamente. En octubre volvimos a confiar, y ahora, si nos guiamos por como viene la discusión deberíamos estar preocupados, pero lo que pensamos es que la decisión política del gobierno de Estados Unidos es que haya acuerdo, y que entonces lo habrá”, indicó el funcionario a Página/12.
El convenio se firmaría los primeros días de noviembre. En el Palacio de Hacienda quieren potenciar los efectos reactivadores de esa situación. Uno de los ejes es aumentar la oferta crediticia al sector privado. Como se mencionó más arriba, la visión del equipo económico es que la banca extranjera no tiene ningún interés en prestar dinero. En lugar de eso, se concentraría en el negocio de banca transaccional, cobrando comisiones por tarjetas de crédito y débito y por demás servicios financieros básicos. La banca nacional, entonces, debería asumir el rol de proveer financiamiento a las actividades productivas.
El problema es que una norma del Banco Central prohíbe conceder créditos a las entidades que mantienen deudas por redescuentos. Durante los peores meses de la crisis, la autoridad monetaria otorgó miles de millones de pesos de asistencia financiera a los bancos que sufrían el drenaje de depósitos y, junto a ello, la salida de dinero por los amparos judiciales. La banca nacional, pública y privada, acumuló un stock de deuda que al día de hoy ronda los 10.500 millones de pesos. Hace un mes, el Banco Central y Economía acordaron flexibilizar aquella norma. Los bancos recibieron la autorización de otorgar créditos en función del aumento de sus depósitos y de una relación técnica entre redescuentos y patrimonio.
Sin embargo, Lavagna quiere ahora una solución más radical. Por eso, aceptó una propuesta de Abappra (asociación que reúne a la banca nacional) para autorizar a ese sector a cancelar redescuentos con los préstamos garantizados. El tema se negocia con el FMI, pero la banca extranjera presiona para que la medida no salga. Su intención es frenar una posible expansión de sus competidores nacionales. El mecanismo que analiza Economía es crear un fideicomiso que reciba tanto los redescuentos como los préstamos garantizados, y que se encargue de administrar la compensación.
Además de esta vía, en Hacienda trabajan en otras medidas reactivadoras. Según pudo saber este diario, una de ellas es generar el marco para la creación de empresas exportadoras. Serían como los firmas que comercializan cereales, pero dedicadas a la colocación de productos aportados por pymes, principalmente del campo industrial. El mayor problema de las pymes para exportar es su falta de volumen. Por eso, siuna empresa recibiera las mercaderías de varias empresas y después las despachara a un destino, la exportación sería posible. Para facilitar la operación, se estudia que las pymes vendan a la exportadora sin IVA y que el Estado después les reintegre a las mismas pymes el gravamen por exportación. De lo contrario, nunca recuperarían ese costo. Para evitar maniobras con empresas fantasmas, se crearía un registro de exportadoras y de pymes que pueden utilizar el sistema.
Otra idea que circula en el Palacio de Hacienda es crear fideicomisos que financien a pymes del interior que quieran exportar. Se trabajaría en conjunto con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Asimismo, Lavagna anunció ayer que “los fondos de las AFJP se destinarán a mejorar el financiamiento de capital de trabajo de las pymes”. Por último, el Gobierno reglamentaría una ley votada durante la gestión de la Alianza, por la cual las empresas que inviertan podrán descargar el crédito fiscal acumulado durante el primer año en otros impuestos, medida que José Luis Machinea no se animó a tomar por temor al costo fiscal. Con este paquete, Lavagna espera apuntalar la recuperación económica.

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