Viernes, 5 de junio de 2009 | Hoy
ECONOMíA › TENSION POR EL PROYECTO DE LEY SOBRE LA FABRICACION DE ELECTRONICOS
La iniciativa oficial de subir los impuestos internos a notebooks y monitores para frenar importaciones y favorecer la producción local enfrenta a los fabricantes de Tierra del Fuego con los localizados en otras provincias.
El Ministerio de Producción y la Secretaría de Comercio tomaron la iniciativa en las negociaciones para lograr un acuerdo sobre el proyecto de ley impulsado por el Ejecutivo que busca favorecer la fabricación de notebooks y monitores –entre otros productos– en Tierra del Fuego en detrimento del continente y los importadores. El viernes pasado se concretó una reunión en Producción, donde el secretario Guillermo Moreno les solicitó a los empresarios una serie de requerimientos: producción anual de notebooks y PC, empleados directos e indirectos, márgenes de ganancia, tecnología importada y los proyectos de inversión. Según la visión de los empresarios consultados por Página/12, la intención de Moreno es redactar un proyecto que genere un “mayor equilibrio” entre la isla y el continente. Frente a esas negociaciones, los empresarios del sector optaron por el lobby silencioso.
En el continente se fabrican anualmente el 70 por ciento de las notebooks y PC que se consumen en el país. En 2008, entre importación y fabricación nacional hubo en el país 2.211.000 nuevos equipos. El proyecto impulsado por el Ejecutivo pretendía aumentar los impuestos internos a estos productos en el continente para favorecer la fabricación en Tierra del Fuego. El continente no quiere perder ese negocio. Y Tierra del Fuego apuesta a ser la Manaos argentina. En esta puja de intereses están mediando Moreno y la ministra Débora Giorgi.
Según indicaron a este diario los empresarios involucrados en las negociaciones, la ministra de Producción estaría más interesada en sacar el proyecto del Ejecutivo tal como se envío al Congreso. “Hay dos ministerios involucrados, Producción y Economía. Ambos están analizando una misma iniciativa, aunque haya matices diferentes”, señalaron a Página/12 desde el Ejecutivo.
De las negociaciones están participando Afarte, que representa a las fábricas de Tierra del Fuego; Camoca, que defiende los intereses de los fabricantes del continente; y Cicomra, en representación de los importadores. Tanto Afarte como Camoca coinciden en que la industria nacional –en realidad el ensamblado local– corre en desventaja frente a la importación. “Ahora la discusión está centrada en ver cuáles de los productos que se hacen en el continente pueden quedar afuera del aumento”, indicó a Página/12 una fuente fueguina.
“De las 53 posiciones arancelarias que están incluidas en la iniciativa del Gobierno, nueve son conflictivas porque afectan al continente. Estas posiciones conflictivas representan para Tierra del Fuego sólo el 9 por ciento de su producción. Por eso creemos que con la iniciativa tal cual se envió al Congreso hay más perjuicios que beneficios”, indicó a este diario un dirigente de Camoca.
El año pasado, la fabricación nacional de monitores dentro del continente representó 15 millones de dólares (70.000 unidades), mientras que las PC y notebooks representaron 1300 millones de dólares (1,4 millón de unidades). Según Afarte, el objetivo de Tierra del Fuego es quedarse con la producción nacional de notebooks y monitores, entre otros productos. De aprobarse la iniciativa del Ejecutivo tal cual se redactó, Tierra del Fuego podría duplicar su participación en el PBI nacional (actualmente es del 1,3 por ciento).
Según Alejandro Mayoral, titular de Afarte, la isla podría producir anualmente 750.000 notebooks. Cifra que es cuestionada por Camoca: “Ellos dicen que con 130 personas pueden hacer esa cantidad de equipos. Nosotros en el continente, que empleamos muchas más personas, no podemos llegar a ese número. Vale aclarar que tenemos los mismos procesos productivos de marcas como HP, Dell, etc.”, indicaron a este diario desde Camoca.
Lo que está en juego es un negocio por más de 1200 millones de dólares. Tierra del Fuego ya ganó la pelea en la fabricación de televisores (1,7 millón de televisores producidos el año pasado) y aires acondicionados (1,3 millón). Si bien aparecen enfrentados, tanto Camoca y Afarte tienen un objetivo común: hacer frente a la importación de tecnología.
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