La ilusión duró poco. La posibilidad de que se instrumente un mayor grado de control sobre las millonarias remuneraciones de los ejecutivos de bancos quedó diluida en el conjunto de medidas aprobadas en el nuevo plan de reforma financiera del gobierno estadounidense. El Tesoro brindó ayer detalles de las normas que se aplicarán en esa materia. No habrá un límite específico a las asignaciones, aunque habrá una mirada y sugerencias de la Comisión del Mercado de Valores y también se dará intervención a los accionistas. En tanto, la Reserva Federal publicó otro panorama sombrío para la economía estadounidense, mientras que sus cuentas nacionales volvieron a reflejar siderales déficits presupuestario y comercial.

Se esperaba mayor dureza de parte de la administración Obama sobre los bonus que pagan los bancos a sus altos directivos. Sin embargo, el secretario al Tesoro, Timothy Geithner, anunció ayer algunos “grandes principios” que regirán de ahora en más la política de remuneración de los bancos, renunciando así a establecer una regulación como se especuló inicialmente. “No vamos a dictar reglas”, dijo el funcionario, porque según explicó eso sería “ineficaz”. En cambio, se presentará un proyecto de ley para brindar a las autoridades y los accionistas los mecanismos necesarios para limitar el pago de esos “bonus” de una lista de empresas.

Más tarde se conoció el Libro Beige de la FED, que asegura que la coyuntura económica en Estados Unidos es “mediocre” o “ha empeorado” según las regiones, desde mediados de abril a fines de mayo. La Reserva explicó que los reportes de sus 12 regiones “indican que las condiciones económicas permanecieron débiles o se deterioraron más en ese período”. El Departamento de Comercio anunció que el déficit comercial aumentó 2,2 por ciento en abril, la segunda alza consecutiva, y alcanzó a 29.163 millones de dólares. El Tesoro, por su parte, informó un incremento en el rojo presupuestario de mayo de 189.700 millones de dólares. El acumulado de los ocho primeros meses del período 2008-2009 es superior en más de tres veces al déficit total del ejercicio previo, al llegar a 991.900 millones.