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La política oficial de control a las importaciones, para priorizar la producción local y limitar la presión sobre la balanza comercial, se profundizó al establecerse nuevas licencias no automáticas de importación. Esta vez se apunta a productos de electricidad y electrónica. La Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas, Luminotécnicas, Telecomunicaciones, Informática y Control Automático (Cadieel) expresó su satisfacción por la medida, ya que considera que “frenará el ingreso masivo e indiscriminado de mercaderías extranjeras”.

El mecanismo de las licencias no automáticas de importación está contemplado por la Organización Mundial de Comercio, que las define como “el procedimiento administrativo que requiere la presentación de una solicitud al órgano administrativo pertinente, como condición previa para efectuar la importación”.

Las licencias difieren los pedidos de compras al exterior para que los técnicos verifiquen, entre otras cosas, si se hace a precios normales y, en el caso del sector eléctrico y electrónico, si cumple con los certificados de seguridad eléctrica. No es la primera vez que se establecen licencias para este sector. El artículo ahora regulado que más se destaca es el balastro para encendido de tubos fluorescentes. Según fuentes consultadas por este diario, se trata de un producto que está sujeto a mucha presión importadora.

El gerente de Cadieel, Claudio Krämer, manifestó a Página/12 que “el mecanismo de las licencias es útil y responde a la coyuntura internacional, donde los saldos exportables de los países ejercen presión importadora sobre la industria local, que en muchos casos también se ve perjudicada por prácticas desleales. Esto impacta sobre el empleo”. A la vez, explicó que “el trámite de solicitud no fue fácil, ya que se deben realizar muchos estudios sobre el mercado”.

Lo cierto es que la política de control sobre las importaciones genera rispideces con Brasil, principal socio comercial. En una reunión celebrada para analizar la situación comercial bilateral, Héctor Méndez, titular de la UIA, coincidió con Paul Skaf (de la Federación de Industria de Estado de San Pablo) en que “la regulación del intercambio debe ser la fijación de cupos y no las licencias no automáticas”. Sin embargo, los industriales locales parecen estar conformes con el sistema.