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La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobó ayer el proyecto de reforma impositiva enviado por el gobernador Daniel Scioli. La sanción se alcanzó con el apoyo exclusivo del oficialismo, ya que la oposición se retiró del recinto. El proyecto, que espera la votación del Senado, incluye, entre otros puntos, la creación de dos impuestos (a la herencia y a los puertos); un aumento en el inmobiliario rural y una modificación en la percepción del tributo a la compra-venta de automóviles usados. La mesa agropecuaria bonaerense, legisladores del Acuerdo Cívico e intendentes radicales criticaron el alcance del proyecto por considerarlo “regresivo, arbitrario y confiscatorio”.

La votación arrojó 45 a favor y dos en contra, entre los que se cuenta al ex ministro de Asuntos Agrarios Emilio Monzó, que a pesar de rechazar la iniciativa facilitó el quórum para iniciar el debate. El primero de los nuevos tributos propone una carga impositiva “sobre la explotación de las terminales portuarias, ubicadas en la provincia de Buenos Aires, a través de la generación de un importe mensual a abonarse adicionalmente al impuesto del período”. El impuesto contempla una retención variable para beneficiar la exportación en detrimento de la importación de bienes. Para ello se abonará 6 pesos por tonelada para la exportación y 18 para la importación.

Otro de los nuevos impuestos afectará “a las personas físicas y jurídicas que resulten beneficiarias de una transmisión gratuita de bienes”. El tributo a las herencias, donaciones y legados “no alcanzará a cualquier transmisión gratuita, encontrándose exenta de pago toda transferencia de estas características, cuando el valor de los bienes no supere la suma de tres millones de pesos”, según el texto de la norma. Se cobrará sobre el bien de capital heredado radicado en la provincia, por lo que no importa si el potencial heredero estuviese radicado en cualquier otro distrito del país. La recaudación se distribuirá 80 por ciento para el Fondo Provincial de Educación, 10 por ciento al Fondo para el Fortalecimiento de Recursos Municipales y el restante 10 al Fondo Municipal de Inclusión Social.

También habrá un cambio en la percepción del impuesto a la compra-venta de autos usados. El proyecto establece que ya no se recaudará la carga impositiva vía Ingresos Brutos, sino a través de un impuesto de Sellos, con el objetivo de reducir la elevada tasa de evasión que en la actualidad tiene ese tributo. La iniciativa habilita al Ejecutivo a retener o secuestrar automóviles que registren un “incumplimiento de determinada magnitud, y en tanto se trate de vehículos de alto valor económico”. Esta es la parte más controversial del proyecto y la que recogió más críticas.

En tanto, mediante un comunicado de prensa, la Mesa Agropecuaria de la Provincia de Buenos Aires manifestó “su más absoluta oposición al proyecto de ley fiscal”. Por su parte, la diputada electa del Acuerdo Cívico Margarita Stolbizer cuestionó la reforma fiscal, indicando que en “menos de dos años de gestión”, Scioli pretende “nuevamente aumentar de la noche a la mañana los impuestos”.