“La salida tiene que ser la renuncia de Redrado, luego constituir el Fondo del Bicentenario y después sí discutir en el Congreso la utilización de los recursos del Estado, pero nunca deslegitimar un instrumento de política económica.” Esta definición corresponde al diputado Gustavo Marconato (FpV), presidente de la Comisión de Presupuesto. En una entrevista con Página/12, el legislador consideró que el Congreso debería discutir el destino de los recursos del presupuesto que se liberan con el Fondo del Bicentenario. “El camino de salida es debatir profundamente la orientación del gasto, pero no cuestionar la legitimidad de un instrumento de política económica”, invitó.

–¿La instrumentación del Fondo del Bicentenario es vital para salir del default o podrían utilizarse otros mecanismos para llegar al mismo fin?

–La Presidenta tomó la decisión de la creación de este fondo para dar la clara señal de que el país quiere salir del default y volver a los mercados internacionales, para que las empresas puedan tomar crédito a tasas bajas. Esta instrumentación fue trabada por el ex presidente del Banco Central (Martín Redrado), quien estuvo respaldado por algunos dirigentes de la oposición. Todos tienen un denominador común que es mantener un estado de irresponsabilidad y la defensa de sus propios intereses. Creer que la autonomía del Banco Central le da el derecho a su titular a no aplicar un instrumento de política económica del Ejecutivo es como mínimo irresponsable. Cuando (Julio) Cobos sale a reunirse con la oposición, me gustaría preguntarle cuál es su opinión sobre la salida del default y qué piensa sobre la política económica. Habla mucho de los métodos pero no sabemos realmente qué piensa.

–¿Y usted qué cree?

–Sería una irresponsabilidad decir que Cobos no quiere salir del default. El problema es que nunca dice cuáles son sus intenciones. Se interpone ante las decisiones del Ejecutivo, pero nunca especifica cuáles son sus objetivos. Me parece que es momento para que especifique cuáles son sus intereses políticos.

–¿Puede caerse el canje de deuda?

–El tema continúa en el organismo de control de los Estados Unidos (SEC). Sin embargo, frente a estas actitudes de dirigentes de la oposición, hay que salir a dar muchas más explicaciones de las que pensábamos (a los bonistas y autoridades de Estados Unidos). El trámite administrativo continúa, pero algún perjuicio nos va a traer.

–La creación del Fondo del Bicentenario y la salida de Redrado están en la Justicia, el Congreso también lo está analizando y la Presidenta denuncia un complot. ¿Cuál es la salida política para este conflicto?

–La salida tiene que ser la renuncia de Redrado, quien tiene que tomar conciencia de la situación. No puede seguir al frente del Central cuando hay una decisión política contraria, con un DNU que tiene fuerza de ley. Creer que Redrado hace honor a la autonomía del Banco Central, no tiene sentido. Después sí deberíamos discutir en el Congreso sobre el rumbo de la economía, sobre el gasto público y cuestiones presupuestarias.

–Con este clima, ¿cree que hay voluntad del Ejecutivo para discutir la reutilización de los recursos del Estado?

–El debate se da todos los años cuando se trata el Presupuesto. Sin embargo, en los últimos años se privilegió la discusión sobre la metodología para constituir el presupuesto que el debate de fondo sobre la orientación posible del gasto público. Creo que si llevamos adelante esta discusión, habrá pocos legisladores que se muestren en contra de la asignación universal por hijo o los subsidios a la producción. El camino de salida es debatir profundamente la orientación del gasto pero no cuestionar la legitimidad de un instrumento de política económica.

–El año pasado la oposición votó a favor de la reapertura del canje (ley cerrojo) y convalidó una nueva emisión de deuda del Gobierno. ¿La creación del Fondo del Bicentenario resulta incompatible con esa postura legislativa?

–La ley de apertura del canje fue un instrumento constitucional de política económica y el Fondo del Bicentenario que debe constituirse con las reservas del Banco Central se inscribe dentro de esta misma política. En 2009, el Gobierno tuvo que sostener un programa económico frente a la profundidad de la crisis internacional, que se sumó a los efectos de la sequía y la gripe A. En este contexto, el Ejecutivo tuvo que tomar decisiones como sostener las fuentes de trabajo con el programa de Recuperación Productiva y frenar las importaciones para sostener el mercado interno. Este sacrificio implicó también un esfuerzo mayor para seguir consolidando las reservas del Central e ir tejiendo una política para salir del default. El cambio de actitud de la oposición implica una intencionalidad para poner palos en la rueda, además de defender otros intereses que no son los del país.

–¿Cree que hay un vínculo entre Cobos y Redrado?

–La actitud de no renuncia de Redrado, sin ningún lugar a duda, tiene intereses contrarios al programa económico de este Gobierno. No podemos aceptar que frente a una decisión del Ejecutivo, quien tiene que llevar adelante esa medida anteponga sus propios intereses. No puedo confirmar que haya una alianza entre los dos, pero sí que tienen un denominador común que es desgastar al Gobierno.