Argentina y Bolivia definieron los últimos detalles de la reformulación del contrato de compraventa de gas natural que la presidenta Cristina Fernández firmará con su par de ese país, Evo Morales, a fines de marzo próximo. Se establece en ese nuevo acuerdo un incremento gradual del envío boliviano del fluido hasta alcanzar los 27 millones de metros cúbicos por día en 2017, una meta similar a la que hace más de tres años se había definido para 2009.

Así lo informaron las autoridades de ambos países, luego de una reunión mantenida ayer por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el presidente de Enarsa, Exequiel Omar Espinosa; el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera; el ministro de Hidrocarburos y Energía de ese país, Luis Vincenti, y el titular de YPFB, Carlos Villegas. El acuerdo es una revisión de las pautas originales. “Vamos a firmar una addenda al contrato que firmamos en 2006, que creemos fue un éxito porque nuestro país había dejado de ser cliente de Bolivia en 1994 con las políticas neoliberales”, destacó De Vido durante un contacto con la prensa.

El ministro aseguró que el entendimiento “también dará lugar a la construcción del gasoducto Juana Azurduy, que permitirá sumar gas”, y precisó que se rubricará “una declaración conjunta para coordinar acciones y transferencia de tecnología” a Bolivia. Por su parte, el vicepresidente boliviano afirmó que durante la reunión se pudieron “resolver los puntos centrales” y que el costo de la venta de gas a Argentina, 6,99 dólares por unidad térmica británica, se mantendrá, porque “es el mejor precio para Bolivia”.