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A pesar de las advertencias empresariales, la actividad fabril mantiene un sólido ritmo de crecimiento. De la mano del dinamismo del mercado interno y la recuperación de las exportaciones, la producción industrial trepó en julio 7,9 por ciento en relación con el mismo mes del año pasado. De todas formas, el Estimador Mensual Industrial (EMI) que elabora el Indec exhibió un leve retroceso con respecto a junio, del 0,6 por ciento. Si bien durante el invierno suele observarse ese tipo de resultados, desde distintas cámaras empresarias apuntaron hacia las dificultades en el suministro de gas como el factor determinante para explicar la baja intermensual.

Durante los primeros siete meses del año, la industria acumuló una mejora del 9,3 por ciento respecto del mismo lapso de 2009. La recuperación de la demanda interna y externa permitió que la mayoría de los sectores se sobrepongan de las caídas experimentadas durante la crisis. El entramado automotor, el sector metalúrgico y la rama textil concentran las mayores alzas en lo que va de 2010. El repunte que refleja el Indec coincide con las estimaciones de las cámaras empresarias que, en algunos casos, superan las mediciones oficiales.

Mientras que los conglomerados industriales crecen sostenidamente, el nivel de utilización de la capacidad instalada se ubicó en julio en 75,2 por ciento, reflejando la recuperación de los niveles de inversión. El uso de la capacidad instalada se mantiene en esos niveles desde 2003, mientras que la actividad fabril creció con fuerza todos estos años. Eso demuestra que los distintos bloques industriales han realizado inversiones.

La rama automotriz, según las terminales y el Ministerio de Industria, quebrará los records históricos de producción en 2010, al superar las 700 mil unidades, con un crecimiento interanual del 24,1 por ciento en julio y un alza acumulada de 50 por ciento entre enero y julio.

La industria textil creció 20,8 por ciento. La actividad mostró un fuerte crecimiento en todos los sectores: hilados de algodón, fibras sintéticas y artificiales y tejidos. Por su parte, la industria alimentaria, que logró sortear la crisis de 2009 con elevados márgenes de rentabilidad, continúa mostrando un saldo negativo en el año. Entre las principales caídas imteranuales se destaca carnes rojas, con una baja de 31,6 por ciento, mientras que la industria láctea, en cambio, creció cerca del 12 por ciento.

Si bien las expectativas empresarias sobre el nivel de actividad son positivas, el análisis de la evolución mensual muestra que la industria exhibe un panorama de desaceleración del crecimiento: en mayo el indicador no registró cambios, en junio cayó 0,4 por ciento y el mes pasado la caída fue de 0,6 por ciento.