ECONOMíA › EL FMI RENUEVA LAS EXIGENCIAS PARA FIRMAR EL ACUERDO
John y John quieren más y más
El Gobierno confía en que el próximo viernes se firmará el acuerdo con el FMI, pero antes de eso tendrá que transpirar un poco más. Los delegados del organismo que definen con el Ministerio de Economía y el Banco Central los términos finales del convenio están plantados en una serie de exigencias de difícil cumplimiento. Son reclamos básicamente de carácter fiscal. En el Palacio de Hacienda interpretan que John Dodsworth y John Thornton tendrán que ceder en algún punto, porque la instrucción que habrían recibido del directorio del Fondo sería que deben evitar un nuevo estancamiento de las negociaciones. Pero, igualmente, los técnicos tienen cuerda para ponerse estrictos.
Una de las demostraciones de que la cosa va a cara de perros es la imposición de metas mensuales. El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, insistió ayer en su queja por este tema. Finalmente se habría conseguido que la primera revisión de las pautas fiscales y monetarias se postergue hasta marzo y, luego sí, hasta junio, los auditores del Fondo vendrían una vez por mes.
La misión actual dedicó ayer la mitad del día a discutir sobre la evolución de las cuentas fiscales y la otra mitad a analizar cómo quedaría el programa monetario. Nielsen, el secretario de Hacienda, Jorge Sarghini y funcionarios del Banco Central fueron sus interlocutores. La principal observación que hacen los hombres del FMI es por el déficit fiscal del primer trimestre. En Economía explican que ese desequilibrio obedece al cronograma de pagos de intereses de la deuda, pero que en el segundo trimestre, con menores erogaciones, será compensado con superávit fiscal. Para cubrir el déficit de enero a marzo, el Banco Central proveería de pesos a la Tesorería. Según el FMI, eso desbordaría las metas de crecimiento de la base monetaria.
El asunto, entonces, es cómo esterilizar los pesos que se impriman de más en el primer trimestre. Una posibilidad es la emisión de Letras del Banco Central (Lebac), pero el Fondo objeta que para atraer inversores sería necesario aumentar las tasas de interés, y eso impactaría sobre la actividad económica. La segunda opción sería vender dólares de las reservas, para sacar pesos del mercado. Pero esto no convence ni al Fondo ni al Gobierno.
Estos son los asuntos que ocupan la atención de los negociadores, en las que serían las discusiones finales para un acuerdo. Economía dice que la situación fiscal es equilibrada en el tiempo, pero el Fondo desconfía de que nunca se alcance el superávit para cubrir el déficit de la primera etapa. Los economistas de ambas partes seguirán hoy debatiendo sobre el punto. Pasado mañana todo debería estar resuelto, ya que ese día será la entrevista final con Lavagna y los técnicos volverán a Washington. Y al siguiente viernes, tendría que firmarse el acuerdo, si todo sale bien.