El terremoto y el tsunami japonés, ocurridos en marzo pasado, provocaron pérdidas por 221.000 millones de dólares. Así lo informaron ayer las autoridades niponas. Los daños se extendieron a viviendas, rutas e infraestructura, sumados a un freno general de la economía. A partir de esta catástrofe natural, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) revisó a la baja su pronóstico de actividad económica en Japón y proyectó una caída de 0,9 por ciento.

La tragedia natural, en la que murieron casi 15.500 personas, arrasó por completo unas 100.000 viviendas y provocó destrozos en edificios por casi 70.000 millones de dólares. Por otro lado, los daños en carreteras y rutas marítimas ascendieron a 59.000 millones de dólares aproximadamente. En 2010, el PBI nipón fue de 4 billones 300 mil millones de dólares. Es decir que las pérdidas fueron equivalentes a un 5 por ciento del producto. Para tener una magnitud de esta cifra, el PIB argentino se acerca a 400 mil millones de dólares, un 9 por ciento del japonés.

Más allá de la magnitud de las pérdidas, autoridades de aquel país indicaron que la producción industrial comenzó a repuntar. En este sentido, la empresa Toyota pondrá en marcha el 90 por ciento de su capacidad instalada para fin de mes. El turismo también comenzó a mostrar signos de recuperación luego del desastre de hace tres meses.